Lectura: Lucas 4:1-13

Creo que todos los que tenemos licencia de conducir, recordamos la ansiedad y curiosidad que sentíamos antes de tenerla y cómo soñábamos con los lugares donde podríamos ir, o las locuras que podríamos hacer; algunos nos preguntábamos si seriamos capaces de controlar el deseo de acelerar más de lo debido.  Cuando al fin tuvimos acceso a ese pequeño comprobante que nos brinda el permiso de conducir, la mayoría de nosotros también aceptamos las limitaciones que ello implica; entendimos que en realidad no podemos ir por donde y a la hora que queramos, ni infringir los límites de velocidad establecidos.  En resumen, nos dimos cuenta que el deseo de ser controlados por la velocidad y actos imprudentes utilizando un automóvil, no debe ser más fuerte que la sensatez y precaución.

En ese mismo sentido, todos conocemos a personas que justifican sus errores diciendo que la tentación por la cual estaban pasando, era tan irresistible que no pudieron controlarse, ni tenían en realidad la opción de vencerla.

También, en algunas ocasiones nos hemos encontrado frente a frente con situaciones, que a pesar de ser atractivas, al pensar más profundamente, llegamos a la conclusión de que en realidad no son buenas; lo peor de todo es que parecen presentarse en el momento justo, al alcance de la mano, de forma que “solucionan” problemas de la manera más simple, más no la correcta.

Cuando nos remontamos a las tentaciones que enfrentó Jesús, podemos recordar que Dios siempre proveerá la fuerza para resistir y escapar de manera segura (Luc.4:1-13; 1 Cor.10:13).  A pesar de lo difícil que todo parecía, la forma en la cual Jesús venció sus tentaciones, estuvo basada en el conocimiento de las Escrituras y de Dios.

  1. Para el creyente no existen tentaciones irresistibles.
  1. Cuando nos enfrentemos a la tentación, podemos poner en marcha nuestra fe y confianza en Dios.

HG/MD

“No les ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, quien no los dejará ser tentados más de lo que ustedes pueden soportar, sino que juntamente con la tentación dará la salida, para que la puedan resistir” 1 Corintios 10:13