Lectura: Romanos 3:21-26

El año pasado unos amigos salieron de vacaciones y tuvieron que tomar un avión; al finalizar su estadía fueron al aeropuerto, pero al llegar les informaron que debido a una tormenta se había cancelado su vuelo de regreso, les dijeron que no se preocuparan ya que tenían el pasaje confirmado para el siguiente día.  Temprano en la mañana, cuando llegaron a la puerta de embarque se enteraron que estaban en lista de espera ya que el vuelo para ese día estaba completo.

Esta situación me hizo preguntarme si esto sería un simple malentendido o si siempre hacían lo mismo con los pasajeros de vuelos perdidos.  Ciertamente, si los encargados de la aerolínea les avisan a los pasajeros que se encuentran en lista de espera, esto los enojaría de inmediato. Por eso, quizás optan muchas veces por no decir la verdad hasta el último momento.

Debemos agradecerle al Señor que no actúa de esa manera, sino que nos dice claramente todo lo que necesitamos saber para poder ir y estar con Él en el cielo. La Biblia declara contundentemente: “porque todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios” (Romanos 3:23). Desde Génesis 3, Dios nos presenta el cuadro completo de nuestra naturaleza pecaminosa para poder ofrecernos una solución completa y definitiva.

La solución divina se encuentra en un versículo más adelante en Romanos 3:24: “siendo justificados gratuitamente por su gracia mediante la redención que es en Cristo Jesús”. Dios mandó a su Hijo impecable a morir por nuestros pecados. Su sacrificio en la cruz nos provee salvación, lo único que debemos hacer es recibir ese regalo por fe. ¡Me alegra tanto que Dios nos haya dicho la verdad sin rodeos! No nos dejó a la deriva para que encontráramos nuestro propio camino.

  1. Gracias Señor porque siempre nos has dicho la verdad de nuestra condición como pecadores y sobre la solución que encontramos en Jesús.
  2. El día y la hora para el vuelo final de la humanidad está determinado y no tendrá demoras, seamos mensajeros claros y eficientes que transmitan ese mensaje a otros que aún no entienden que su tiempo se acaba.

HG/MD

“Porque la paga del pecado es muerte; pero el don de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro” (Romanos 6:23).