Lectura: Marcos 3:13-19

En la declaración de independencia de los Estados Unidos, se leen las palabras “Consideremos estas verdades autoevidentes”.  Las personas que firmaron esta declaración, estuvieron dispuestas a dar su honor y hasta sus vidas por seguir sus convicciones, y con esto cambiaron las vidas de millones.

De manera similar, muchos siglos antes, nuestro Señor también comenzó un cambio que aún hoy sigue causando sus efectos. Todo inició con tan sólo unas cuantas personas que estuvieron dispuestas a dar su vida por el mensaje de salvación por medio de Jesús.  Estas personas vivieron vidas comunes, pero aprendieron del Maestro de maestros y Él los llamó sus discípulos.

Pero, el plan de Dios no se limitó solamente a los primeros discípulos, rápidamente fueron decenas (Lucas 10:1), centenas (1 Corintios 15:6), e incluso pronto había miles de seguidores (Hechos 2:41); hombres y mujeres que estaban emocionados al escuchar el mensaje de Jesús y que fueron las personas que Dios usó para cambiar al mundo.

  1. El método de Dios usa personas comunes que están dispuestas a ser instrumentos para cambiar el mundo que las rodea ¿Eres tú una de ellas?
  2. No se necesitan grandes personas para hacer grandes cambios, se necesitan personas comprometidas con Dios y que estén dispuestas a seguirle.

HG/MD

“Lo que oíste de parte mía mediante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros” (2 Timoteo 2:2).