Lectura: 1 Juan 4:10-18

En nuestra lectura devocional encontramos estas maravillosas palabras: “En el amor no hay temor sino que el perfecto amor echa fuera el temor.” (1 Juan 4:18).

A pesar de estas palabras, muchos creyentes se atormentan dudando de su valor para Dios, se recriminan por sus errores pasados y creen que deben hacer algo excepcional para que Dios los ame y perdone, hacen esto porque no conocen a Dios más profundamente; sin embargo, nos basta con leer las siguientes líneas para empezar a entender el alcance de su perdón: “En esto se ha perfeccionado el amor entre nosotros para que tengamos confianza en el día del juicio: en que como él es, así somos nosotros en este mundo» (1 Juan 4:17).

El Señor logró nuestra redención en la cruz del Calvario, todo el peso del pecado recayó sobre Él; dejó de lado su trono, llegó a vivir entre nosotros y estando en esa condición fue más allá, siendo el cordero perfecto, el sacrificio necesario; pagó el precio por el pecado.

Al comprender esto el temor queda totalmente eliminado, ese temor que anteriormente nos aterraba debido al juicio de condenación que nos asolaba, ya no tenemos de que temer, tal como dice Romanos 8:1: “Ahora pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús”.

Gracias al sacrificio de nuestro Señor hemos sido perdonados, no porque lo mereciéramos, sino porque: “En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo en expiación por nuestros pecados” (1 Juan 4:10)

  1. Tú también puedes recibir el perdón de Dios, tan sólo acércate a Él y acepta la necesidad que tienes, reconoce tu pecado y permite que Él te limpie para que puedas estar libre del temor.
  2. El extraordinario amor de Dios elimina cualquier el temor, compártelo con tu familia y con todos los que te rodean.

HG/MD

“En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo en expiación por nuestros pecados” (1 Juan 4:10)