Lectura: 1 Juan 4:7-11

Hace algunos años leí una historia que cautivó mi interés, se trataba de un hombre acercándose a sus 30 años que, aunque deseaba tener conocer a esa persona especial, no la encontraba, a pesar de que era gracioso, trabajador y un creyente muy comprometido con la obra del Señor, no había llegado a conocer a alguien que en verdad quisiera comprometerse.

Sin embargo, luego de un tiempo conoció a una joven creyente gracias a un amigo en común, estaba involucrada de lleno en el ministerio juvenil de su iglesia, tenía un buen trabajo, amaba a su familia y tenía una característica muy importante: estaba soltera.  El único problema es que ella estaba vivía en Argentina y él en México.  Pero la distancia no fue problema, se empezaron a conocer y una cosa llevo a la otra, y finalmente se enamoraron iniciando una relación a distancia.

Pero, dos semanas antes de su ansiado encuentro, la tragedia visitó sus vidas, un hombre ebrio mató al hombre con su automóvil, ella voló de inmediato cuando se enteró, y estuvo al lado de la familia del hombre y mutuamente reconfortaron por su perdida.

Hoy es un día en el cual muchas personas sentirán una ausencia de amor y otras celebrarán su presencia.  En un mundo donde le hemos dado un valor tan grande al amor, ¿existirá alguna palabra de Dios para todos, se sienta amado o no?

El apóstol Juan en su primera carta, capítulo 4, habla del amor, quizás no se centra en ser amados por otra persona, sino en el amor de Dios por nosotros y nuestro amor unos por otros (vv.7-11).   En 1 Corintios 13:7, Pablo, también dice lo siguiente con respecto a este tipo de amor: “Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta” Pero, ¿cómo es posible llegar a esto?  “Porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo” (Romanos 5:5).

  1. Este día pasará, los mensajes se olvidarán y las flores se marchitarán, pero hay algo que no pasará: el amor de Dios por nosotros.  Si entiendes esto, te tranquilizarás y podrás ver mucho mejor tu futuro, Dios no te abandonará.
  2. Cuánto más entendamos el amor de Dios por nosotros, nos será más fácil mostrarles amor sincero a otros y los otros verán esa clase de amor que procede tan sólo de Dios.

HG/MD

“Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor” (1 Corintios 13:13).