Lectura: Marcos 11:20-24

Hay un popular refrán que dice: “La oración cambia las cosas”.  Pero no todos los refranes dicen la verdad, no es la oración la que hace eso sino Dios.  Así como este refrán, existen personas que creen en este principio erróneo con respecto a la oración, algunos piensan que tiene cierto poder por sí misma, así que hay quienes “prueban” orar esperando que les “dé resultado”.

En Marcos 11 el Señor mismo se encargó de explicarnos el principio de la oración: “Tengan fe en Dios”, no es tener fe en la fe, o tener fe en la oración, es tener simplemente “fe en Dios”.

Como una forma de ejemplificarlo, Jesús le dijo a los discípulos lo siguiente: “cualquiera que diga a este monte: Quítate y arrójate al mar, y que no dude en su corazón sino que crea que será hecho lo que dice, le será hecho.” (v.24). El Señor se estaba refiriendo a la oración contestada; nos invita a presentar nuestras peticiones y Él nos responderá de acuerdo con su voluntad (1 Juan 5:14).

En alguna ocasión todos hemos deseado poder mover montañas físicas, quizás porque nos encanta ver sus hermosos paisajes o porque no queremos tener que pasar por sinuosas carreteras para llegar a nuestros hogares.  Pero Dios ha hecho algo más importante, Él se ha encargado de quitar de nuestras vidas las montañas de las preocupaciones, el temor, y el resentimiento, y lo ha hecho debido a la fe que tenemos en Él.

  1. Dios continúa en el negocio de mover montañas, ¡ten fe en Él!
  2. La clave de la oración, es la fe en Dios.

HG/MD

“Y esta es la confianza que tenemos delante de él: que si pedimos algo conforme a su voluntad, él nos oye” (1 Juan 5:14)