Lectura: Isaías 30:1-18

Está comprobado que los cinturones de seguridad salvan vidas.  Según las estadísticas, las personas que viajan en los asientos delanteros reducen hasta un 45% el riesgo de morir en un accidente, si utilizan el cinturón.

Pero, por ejemplo, en los Estados Unidos tan sólo entre el 10 al 15 % usaban el cinturón antes de que su uso se volviera obligatorio.  Luego de esto, un 68% aceptó la ley y un 32% decidió que desobedecería la ley, desafiando las posibilidades de morir.

Este ejemplo nos muestra el papel determinante que juega la voluntad humana a la hora de adquirir nuevos hábitos.  Debemos creer genuinamente que lo que se nos ha dicho es tan importante, como para aceptarlo y hacerlo parte de nuestras decisiones diarias.

En nuestra lectura devocional en Isaías 30, se nos advierte de los peligros que conlleva tener una actitud obstinada con respecto a lo que se nos ha dicho.  El Señor le indicó en múltiples ocasiones a Su pueblo que, si depositaban su fe en Él, se convertiría en su seguridad en tiempos complicados.  Pero, como nos podemos imaginar, ellos no escucharon, y se negaron a obedecer.  Por lo tanto, muchos murieron sin recibir Su socorro.

  1. No es cuestión de aprender más de Dios, tú ya sabes que Él es digno de confianza, se trata de una cuestión de fe en quien es Todopoderoso.
  2. Somos congruentes con lo que sabemos si actuamos conforme a ello.

HG/MD

“Y que desde tu niñez has conocido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por medio de la fe que es en Cristo Jesús.” (2 Timoteo 3:15)