Lectura: Tito 3:1-8

En la mayoría de países las elecciones son el punto más importante del ejercicio democrático, pues la ciudadanía tiene la posibilidad de expresar su opinión mediante el voto; al final de la jornada algunos estarán contentos y otros tristes dependiendo del resultado.  Los que ganaron la elección aceptarán con agrado las decisiones de los representantes por los cuales votaron, mientras otros tendrán que aceptar de mala gana las directrices que emitan las personas por las cuales no votaron.

Como creyentes la Biblia nos llama a ir un poco más allá de la mera aceptación o discrepancia con nuestros gobernantes, nos llama orar por ellos: “…exhorto, ante todo, que se hagan súplicas, oraciones, intercesiones y acciones de gracias por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia” (1 Timoteo 2:1-2).  El mismo Pablo aconsejó a su discípulo Tito que debía ser pacífico y considerado, haciendo el bien sin difamar a nadie (Tito 3:1-2).

Tito estaba ministrando en la isla de Creta, famosa porque sus habitantes eran conocidos por ser un poco revoltosos; como en todos los lugares las razones por las cuales decir cosas malas de otros y sobre todo de los gobernantes, siempre sobraban.  El apóstol les aconsejó a los creyentes que fueran diferentes a la generalidad. Es más, son 7 las veces que en su corta carta a Tito, hace referencia a “hacer lo bueno”, “amar lo bueno” (1:8), “enseñar lo bueno” (2:3), “hacer lo bueno” (2:7,14; 3:1-2, 8,14).

No estamos diciendo que como creyentes debamos aceptar la maldad o el pecado con el que un gobernante actúa, lo que la Biblia nos quiere recordar es que debemos hacer por la gente lo que sabemos es correcto, independientemente si no estamos de acuerdo con algunas de las cosas que estas personas crean políticamente.

  1. Puede que no sea fácil, pero debemos orar unos por otros, incluso por quienes nos gobiernan (Romanos 13:1-7).
  1. Decide hacer lo correcto: ora. “Por esto exhorto, ante todo, que se hagan súplicas, oraciones, intercesiones y acciones de gracias por todos los hombres” (1 Timoteo 2:1).

HG/MD

“Mostrándote en todo como ejemplo de buenas obras. Demuestra en tu enseñanza integridad, seriedad” (Tito 2:7)