Lectura: 1 Tesalonicenses 2:1-12

Un equipo de biólogos se sorprendió al ver un número cada vez menor de Cactus Gigantes en el Parque Nacional Saguaro en Tucson, Arizona.  Realizaron múltiples estudios tratando de entender las causas de aquel decrecimiento en la población de cactus, examinaron el cambio climático, la contaminación ambiental, las infecciones, hongos, entre otras muchas causas probables.

Luego de muchos estudios, lograron entender que durante los primeros 20 a 30 años de vida de estos cactus, necesitan de una planta que los proteja, tal como el paloverde o la mezquita, los cuales les dan sombra durante el verano abrazador y también calor en las noches frías.  No obstante, la ganadería extensiva y el abuso en la actividad minera, han devastado estas especies protectoras, lo cual provocó que los cactus no tuvieran la protección que necesitaban para su desarrollo en los primeros años fundamentales.

Todos debemos ser conscientes de la necesidad de cuido especial a nuestros jóvenes, y más al saber que somos responsables de su crecimiento y dirección espiritual, máxime si son nuevos en la fe.  El apóstol Pablo describió cómo él y sus colaboradores trataban a los nuevos creyentes en Tesalónica: “Más bien, entre ustedes fuimos tiernos, como la nodriza que cría y cuida a sus propios hijos” (1 Tesalonicenses 2:7).

Piensa por un momento si conoces a un nuevo creyente que necesite ayuda y cuidado, puede ser que Dios te colocara cerca de esta persona, como una “planta cuidadora”, que sale en el momento crítico cuando comienza a vivir de una manera radicalmente nueva.  Puedes ofrecer compañía, servir como guía para entender la Biblia, apoyo en oración y tiempo para escuchar.

  1. ¿Estás dispuesto a cuidar de alguien?  Da lo mejor de ti para realizar esta importante tarea.
  2. Si has crecido en la fe, es tiempo de ayudar a otros a crecer.

HG/MD

“Más bien, entre ustedes fuimos tiernos, como la nodriza que cría y cuida a sus propios hijos” (1 Tesalonicenses 2:7).