Lectura: Salmo 34:4-18

Casio Dion (155-235 d.C.) fue uno de los historiadores romanos que registró los acontecimientos de los emperadores, entre ellos se encuentra Adriano, quien gobernó en 117–138 d.C. Dion anotó lo siguiente: “En una ocasión, cuando una mujer le hizo un pedido a Adriano mientras pasaba por allí durante un viaje, al principio él le dijo: ꞌNo tengo tiempoꞌ; pero después, cuando ella exclamó, ꞌentonces, deja de ser emperadorꞌ, él se volvió y le concedió una audiencia”.

Demasiadas veces decimos o escuchamos palabras como las siguientes: “Ahora no, estoy ocupado” o “lo siento, puede ser en otra ocasión”, “Quizás mañana”, “¡No tengo tiempo!”. La mayoría de las veces esto es frustrante e injusto.  No obstante, nuestro Señor, el Creador de todas las cosas, tiene una actitud muy diferente, Él siempre tiene tiempo para nosotros.  El salmista lo expresó de la siguiente manera: “Los ojos del Señor están sobre los justos; sus oídos están atentos a su clamor… Clamaron los justos, y el Señor los oyó; los libró de todas sus angustias” (Salmo 34:15,17).

Dios nunca tendrá una actitud como la de un emperador, un ser humano que dice estar “ocupado” para evitar que lo molesten.  A Dios le place escuchar a sus hijas e hijos y siempre estará atento a lo que nos sobrevenga: “Cercano está el Señor a los quebrantados de corazón; él salvará a los contritos de espíritu” (Salmo 34:18).

  1. Cuando alguien necesite hablar con nosotros, hagamos un examen cuidadoso, sobre el tiempo y disposición que tenemos, esto evitará mentiras y malos entendidos.
  2. Cada vez que tenemos necesidad de hablar con Dios, sabemos que Él siempre está dispuesto a escucharnos.

HG/MD

“Cercano está el Señor a los quebrantados de corazón; él salvará a los contritos de espíritu” (Salmo 34:18).