Lectura: Efesios 1:3-14

Todo hombre necesita bolsillos lo suficientemente grandes como para llevar todas las cosas importantes de la vida: billetera, llaves, pastillas de menta para el aliento. Al ver el bolso de mi esposa, parece que ella tiene todo un universo de recursos allí dentro, ¡pero al menos los hombres tienen lo esencial! Con sólo meter rápidamente la mano en mi bolsillo, tengo acceso a dinero, tarjetas de crédito y privilegios exclusivos que sólo un juego de llaves puede ofrecer.

Y los niños saben que si le piden a mamá o a papá que busquen en su bolsillo o en el bolso para darles un pedazo de goma de mascar, una menta, un peine, un pañuelo o un dólar -lo que sea que ellos creen que satisfará su necesidad en el momento-, ¡lo recibirán!

No es algo diferente a nuestro privilegio como hijos de Dios. Con la salvación, nos colocamos en la condición de “en Cristo” y se nos concede acceso total a todos los valiosos recursos que Dios nos ofrece. Recursos tales como Su sabiduría: “Lámpara es a mis pies tu palabra, y luz para mi camino” (Sal. 119:105). Su perdón y gracia: “En Él tenemos redención mediante su sangre, el perdón de nuestros pecados según las riquezas de su gracia” (Ef. 1:7). Y las nuevas perspectivas que traen esperanza y confianza incluso en los momentos más duros (Ef. 1:18), la provisión material (Mt. 6:30-31), y la paz (Ef. 2:14) también son nuestras en Él.

Dios nos prodiga Sus recursos “según las riquezas de su gracia” (Ef. 1:7).

  1. Hoy dale gracias a Dios por TODAS sus Bendiciones para tu vida y la de tus seres queridos.
  2. ¡Ora!

NPD/JS