Lectura: Juan 6:1-14

Una vez cometí el error de pensar que podía terminar un filete de más de 750 gramos sin ayuda de nadie. Hice que me envolvieran el resto y me lo pusieran en una caja para llevármelo a casa. Pensé, “al menos me dará la esperanza de regalarme otro festín”.

Cuando salí del restaurante, un hombre sin hogar se me acercó pidiéndome dinero. Al principio me negué, pero, invadido por una súbita culpa, lo volví a llamar, le di $5, y lo bendije en el nombre de Jesús. Luego de haber cumplido con mi deber cristiano, estuve feliz de continuar mi camino, con mi caja de filete en la mano, hasta que él preguntó, “¿y qué hay de la caja?” Tengo que admitir que me costó mucho separarme de mi filete.

Una de mis historias favoritas en el Nuevo Testamento es acerca de un niñito que llevó su propio almuerzo a un servicio de avivamiento (Juan 6:1-14). Si este jovencito era como la mayoría de los niños, su almuerzo era un artículo algo muy importante para él. Pero estuvo dispuesto a darle al Señor su almuerzo, consistente en cinco panes de cebada y dos pececitos. Creo que puede que él supiese que Jesús podía hacer algo extraordinario con su almuerzo al ponerlo en Sus manos. Y lo hizo. Alimentó a miles de personas hambrientas.

Jesús sigue buscando a alguien común y corriente como tú y como yo, que esté dispuesto a realizar actos de sacrificio desinteresados deliberados y fuera de lo ordinario para que Él pueda convertir nuestra ofrenda en Su gloria. ¡Realiza ese acto hoy!

  1. ¿Estás dispuesto a sacrificar por otros o dar algo que realmente valores?
  2. La bondad es algo que raramente es expresada o compartida en un mundo tan materialista como el nuestro, estamos llamados a realizar por otros cosas que normalmente no haríamos, como tomar de nuestro tiempo, dinero e interés en beneficio de alguien en problemas o con situaciones incomodas de vida.  ¿Estás dispuesto a ser diferente y compartir más que tu vida, por Cristo? Efesios 2:8-10

NPD/JS