Lectura: Filipenses 2:1-11

Hace algunos años se realizó un estudio, en el cual los participantes caminaron hacia atrás en una cinta durante 30 minutos seguidos a lo largo de cuatro semanas.  Los resultados revelaron que gracias a ello, las personas lograron aumentar su equilibrio, ritmo de marcha y salud cardiopulmonar.

También, otros estudios han indicado que el movimiento hacia atrás puede ayudar a quienes padecen artrosis de rodilla y dolor de espalda crónico, además de mejorar la marcha y el equilibrio. Algunas conclusiones de estos estudios indican que caminar hacia atrás puede incluso agudizar la mente y ayudar a ser más consciente, ya que el cerebro necesita estar más alerta cuando se mueve de esta forma novedosa.

Asimismo, una vida en contra de las normas es algo inevitable para aquellos que quieren imitar a Jesús.  En Filipenses 2 leímos que: “él no consideró el ser igual a Dios como algo a que aferrarse” (v.6); no usó su poder para tomar provecho de las circunstancias o para hacer un uso indebido de ese poder, “sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo” (v.7).

Jesús, el Todopoderoso, se entregó a la muerte por amor abrazando la humildad, en pocas palabras “caminó” hacia atrás, en contra de las formas egoístas de este mundo.  El apóstol Pablo nos desafía a ser como Jesús, a servir en lugar de dominar, a dar en lugar de querer recibir y amar en lugar de odiar.

  1. Ayúdanos Señor a seguir tu ejemplo maravilloso de servicio y amor.
  2. Camina de manera diferente en este mundo, de forma que otros puedan ver que lo haces a causa de tu fe en Jesús.

HG/MD

“Haya en ustedes esta manera de pensar que hubo también en Cristo Jesús: Existiendo en forma de Dios, él no consideró el ser igual a Dios como algo a que aferrarse” (Filipenses 2:5-6).