Lectura: Efesios 4:1-6

Un antiguo compañero de trabajo describía sus creencias religiosas de esta manera: “Dios y yo tenemos nuestro propio trato.  Me levanto los domingos y disfruto del día a mi manera.  Una buena taza de café, el periódico de la mañana, una caminata por el patio; es mi manera de saber que todo está bien entre mi Hacedor y yo”.

Puede sonar atractivo creer que podemos tener nuestra propia manera de arreglar las cosas con Dios.  Puede que nos guste el concepto de una fe individualizada y hecha a la medida para llegar al cielo.  Le queda muy bien la tolerancia actual de las preferencias personales de cada uno.

Sin embargo existe un problema: la Biblia dice claramente que sólo hay una manera de ser salvos: la fe en Jesús.

Sólo hay una fe verdadera (Ef.4:5).  No hay múltiples caminos al cielo, sino UN camino.  Nuestra confianza en Cristo nos hace parte de un cuerpo de creyentes con una fe común que se centra firmemente en Él.

Por supuesto, esa fe común es también un asunto individual.  Debemos confiar personalmente en Cristo como el Salvador de la vida pecaminosa y sin sentido en el cual nos encontrábamos.   Cada cual debe acercarse a Él de la misma manera, la única manera: por fe en Jesús, el Hijo de Dios.

  1. Solo un camino conduce al cielo; Jesucristo es el camino.
  1. ¿Y tú qué has hecho con Jesús y Su mensaje de salvación?

NPD/DCE