Lectura: Jueces 3:31; 7:19-23

Dios actúa de formas poco convencionales, por ejemplo a menudo realiza grandes cosas por medio de personas inesperadas que a nuestro parecer son débiles.  Lo que logra con esto es que nosotros seamos más humildes y reconozcamos que es Él quien merece toda la gloria por lo que sucede; que nuestro éxito y quienes somos es gracias a su misericordia.

Tomemos el ejemplo del juez Samgar, él no tenía nada en que apoyarse, como por ejemplo armas o cosas similares, tan sólo tenía a su alcance una simple vara para arrear bueyes y a Su Dios.  A pesar de esas circunstancias, él no tuvo miedo de llevar a cabo la misión que Dios le estaba encomendando, para librar a su pueblo de los filisteos.

De esta manera, también podemos recordar a Noé, quien contando tan sólo con su familia, pudo construir el arca en medio de las burlas e incredulidad de los que lo observaban; José quien fue vendido a los egipcios y llegó a ser el segundo al mando de ese gran imperio.  Cuando Gedeón y 300 hombres hicieron huir al gran ejercito madianita con cántaros quebrados y teas ardientes, salieron victoriosos a pesar de que las circunstancias estaban en su contra y todo ello fue por la gracia de Dios.

Tú también eres tan sólo una persona, pero si estás dispuesto y eres humilde Dios puede usarte para cumplir con sus propósitos, sean estos pequeños o grandes.  Quizás pienses que no tienes nada que ofrecerle a Dios, más ese es el primer paso, reconocer tu pequeñez frente a Su grandeza, recordando siempre que tu servicio a Dios nunca es para que tu ego crezca, no es por tu poder, sino para que humildemente reconozcas que dependes tan sólo del Señor.

  1. No debes sentirte desanimado, ni debes cuestionar tu humilde posición, ni tus talentos, más bien debes recordar que Dios está en control de todo y puede usarte de formas maravillosas si estás dispuesto.

 

  1. Nuestra capacidad limitada es una oportunidad para mostrar el poder ilimitado de Dios.

HG/MD

“Los tres escuadrones tocaron las cornetas, y quebrando los cántaros tomaron las teas con su mano izquierda mientras que con la derecha tocaban las cornetas y gritaban: ¡La espada por el Señor y por Gedeón!” (Jueces 7:20)