Lectura: Hebreos 6:9-20

El mundo digital en el cual vivimos está lleno de ofertas instantáneas; por ejemplo, un amigo al cual le encanta la música, una vez compró un curso en línea llamado: “Curso instantáneo de guitarra para personas ocupadas”.  Le llamó la atención este curso porque desde niño siempre había querido aprender a tocar ese instrumento, pero se había dado por vencido varias veces, debido a otras ocupaciones que competían contra su intención de tocar guitarra.

Lo que descubrió fue que, aun ese sencillo curso “instantáneo” le exigía muchas horas de práctica.  La guitarra “instantánea” no existe, pero al cabo de algunos meses de práctica, sus dedos empezaron a tocar las notas tan anheladas.

La experiencia de mi amigo es un buen recordatorio para nosotros de que, aunque a menudo deseamos resultados inmediatos en nuestro andar de fe, esto también demanda de nosotros mucha paciencia y práctica.  El autor del libro de hebreos animó a los creyentes a ser espiritualmente diligentes en todas las áreas de su vida.  Les solicitó no volverse perezosos, sino que fueran “imitadores de los que, por la fe y la paciencia, heredan las promesas” (Hebreos 6:12).

Al igual que Abraham, quien esperó pacientemente las promesas de Dios y creyó en Su poder e integridad, debemos ser perseverantes en nuestra fe y esperar en Sus promesas, las cuales nos dan esperanza “como ancla de la vida, segura y firme, y que penetra aun dentro del velo” (Hebreos 6:19).

  1. Algo que debemos tener muy presente es que no existen los resultados instantáneos. Sigamos principios de la Biblia aplicables para este tiempo; al hacer esto nuestra fe se fortalecerá.
  2. Nuestra fe será sólida en el tanto dependamos de Dios cada día más.

HG/MD

“Tenemos la esperanza como ancla de la vida, segura y firme, y que penetra aun dentro del velo ” (Hebreos 6:19).