Lectura: Salmo 119:33-40

Sin duda los nuevos dispositivos celulares han venido a facilitarnos muchas tareas de nuestra vida; pero cuidado, según estudios recientes, se ha relacionado el aumento en el almacenamiento en los teléfonos inteligentes con la disminución de datos en la mente humana.

Nuestros ayudantes móviles, ahora nos recuerdan números telefónicos, citas, direcciones, imágenes de eventos y mucha más información que solíamos aprender de memoria.  La memorización y la lectura como forma de almacenamiento de hechos y datos, están desapareciendo de los planes de estudios de los centros escolares. 

Una de las conclusiones a las que llega el estudio, es que hemos adoptado una cultura que no valora el desarrollo de las habilidades memorísticas.

No obstante, como seguidores de Jesús, debemos meditar si vale el precio no guardar la Palabra de Dios en nuestros corazones (Salmos 119:9-11).  Recordar de memoria versículos de las Escrituras, es más que un mero ejercicio mental, se trata de una forma de saturar nuestra mente con la verdad de Dios para que nuestras vidas estén alineadas a su voluntad. 

El capítulo 4, versos del 1 al 11 de Mateo, narra el momento en el cual Satanás tienta a Jesús, y gracias a que Él en su corazón había guardado la Palabra de Dios, tuvo una respuesta sabia y directa para cada uno de los ofrecimientos que el enemigo le hizo, utilizando las Escrituras.  En esta misma línea el salmista nos recuerda lo siguiente: “Enséñame, oh Señor, el camino de tus leyes, y lo guardaré hasta el fin” (Salmo 119:33)

  1. Comencemos a leer diariamente las Escrituras, estudiando y memorizando poco a poco los pasajes clave. Al igual que el ejercicio físico, la disciplina espiritual mejora cuando se realiza con un pequeño grupo o un amigo.
  2. No olvidemos recordar y aplicar la sabiduría que la Biblia nos brinda.

HG/MD

“Pero él respondió y dijo: Escrito está: No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mateo 4:4).