Lectura: Mateo 6:1-18

“¡Me siento frustrado!” ¿Cuántas veces has dicho estas palabras?; quizás debido a que por tu edad no te toman en serio, o porque luchas contra una limitación física, tienes un hijo difícil, o en tu trabajo, o peor aún en tu hogar, sientes que no te valoran, o tal vez pienses que en tu iglesia local no hay un lugar donde puedas servir.

Pero una situación frustrante no tiene porque limitarte.  Debes verla como una oportunidad para crecer; en lugar de pensar que no podrás salir adelante o que existen muchos que están en tu contra, recuerda que Dios ve lo que muchas veces haces sin llamar mucho la atención, y a su debido tiempo te recompensará (Mateo 6:18).

Nuestras restricciones a pesar de lo que pensemos, en la mayoría de las ocasiones, forman parte del plan de Dios para que podamos madurar, para enseñarnos que debemos de empezar a confiar menos en nosotros mismos y más en Dios.  Si haces las cosas tan sólo para que otros te vean o porque otros te están mirando, no te ayudará en nada; si haces las cosas de esta manera para mejorar tu reputación, tan sólo empeorará tu problema de ego.

Dios siempre recompensará la espiritualidad sincera y humilde que no busca llamar la atención ni agrandar el ego.  El Señor escucha cada una de las oraciones, las audibles y las que se hacen en privado, reconoce todas tus intenciones, nota y recompensa a las personas que realizan acciones que los demás no notan, pero cuyos efectos si son notables, acciones cuyo propósito no es mejorar la reputación sino resaltar Su gloria. La fe en Jesús es el único boleto al cielo.

  1. Lo que hacemos para el Señor por convicción y no por vanagloria, es lo que hace la diferencia, así que continúa actuando de esa forma y el Señor quien ve en secreto te recompensará.
  2. Saber que Dios siempre está mirando, nos da convicción y consuelo.

HG/MD

“Pero tú, cuando ores, entra en tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en secreto te recompensará” (Mateo 6:6)