Lectura: Éxodo 18:13-27

Era su única hija y haría lo que ella le pidiera, así que cuando le pidió que oficiará su boda, él se sintió como en el cielo.  La boda se realizaría en un destino exótico y romántico, y debido a ello todo sería muy pequeño, casi familiar, y todo tendría que ser atendido por su familia, así que su papá, además de su papel como padre de la novia, terminó siendo el ministro que los casó, el maestro de ceremonias y hasta el fotógrafo de la boda; fue el hombre orquesta.

¿Alguna vez sentiste como si tuvieras que hacer demasiadas cosas al mismo tiempo?  Pues Jetro pensó eso de su yerno Moisés (Éxodo 18).  Tenía que guiar a su pueblo, servir como juez resolviendo los pequeños y grandes problemas que le traían hasta su presencia todos los días, de continuar así, sin duda hubiera colapsado en algún momento. 

Es por esto que Jetro al ver esto le aconsejó lo siguiente: “…El trabajo es demasiado pesado para ti; no podrás hacerlo tú solo” (v.18), agregó que tenía que delegar las cosas pequeñas en otros consejeros, y que él sólo debía atender los conflictos mayores y complicados (v.22).

Sin importar que seas una mamá con hijos pequeños, un jefe en una empresa, voluntario a cargo de algún ministerio en tu iglesia local, o si trabajas demasiado, sin duda en algún momento eso te ocasionará problemas de salud o con tu familia, es por ello que debes aprender la lección que aprendió Moisés: pide ayuda y si puedes, delega en otros alguna de tus responsabilidades.

  1. Examina tu vida, ora y pide la opinión de personas que consideres sabias, para detectar si estás cayendo en el sobreesfuerzo, de ser así, sé lo suficientemente humilde para reconocer que necesitas ayuda, o que no puedes seguir realizando esa tarea que has estado haciendo hasta ahora, para que no desfallezcas.
  2. Nunca será una muestra de debilidad pedir ayuda y consejo a otros.

HG/MD

“Y si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídala a Dios quien da a todos con liberalidad y sin reprochar y le será dada.” (Santiago 1:5).