Lectura: 1 Tes.4:13-18; 5:1-11

Un maestro dijo a sus alumnos que se ausentaría por algunas semanas y ofreció un premio al estudiante cuyo escritorio encontrase más ordenado a su regreso, pero no les dijo qué día regresaría.

Puesto que el premio era grande, todos los alumnos decidieron ganarlo, incluyendo una niña cuyo escritorio normalmente estaba muy desordenado. Sus compañeros de clase se burlaban diciendo:

“María, nunca ganarás. Tu escritorio nunca está nítido.”

“¡Ah, pero estoy pensando en limpiarlo a principios de la semana de ahora en adelante!”

“Pero”, dijo alguien, “supón que el maestro regresara a finales de la semana.”

“Entonces lo limpiaré por las mañanas.”

“Pero”, insistió otra compañera, “el profesor podría venir al final del día.”

Por un momento, la niña se quedó en silencio pensando. Luego dijo decididamente:

“Ya sé lo que voy a hacer. ¡Lo mantendré limpio siempre!”

Si queremos recibir la aprobación de nuestro Señor cuando Él vuelva, debemos estar siempre listos (1 Cor.3:10-15). Pablo nos dice que el regreso del Señor vendrá cuando nadie lo espere (1 Tes.4:13-18; 5:1-11). Por lo tanto hemos de vivir constantemente en un estado de preparación espiritual, esperando el momento en que Cristo aparecerá y nos pedirá cuentas de nuestra mayordomía o sea nuestro servicio hacia Él.

  1. ¿Estás listo para Su regreso?
  2. Puesto que Cristo podría venir en cualquier momento, hay que estar listo en todo momento.

NPD/HGB