Lectura: Lucas 11:29-45

Era un viaje como cualquier otro, nos dirigíamos a revisar unos asuntos en las zonas rurales del país, y para ello teníamos que cruzar algunos pasos de montaña. 

El día estaba totalmente despejado y sin mucho tránsito, así que avanzamos a un buen ritmo; de repente empezamos a ver alguna maquinaria pesada realizando labores a los lados de la carretera, por supuesto había rotulación de “Cuidado trabajos en la vía”, pero nada que fuera lo suficientemente grande como para detener nuestro viaje.

Cuando faltaban unos 100 kilómetros, vimos un gran aviso en la carretera que decía: “Camino cerrado por un desprendimiento de tierra, devuélvase a la intersección más próxima”.  Tuvimos que devolvernos al menos 50 kilómetros para tomar otro camino un poco más largo; en el camino de regreso, la persona que me acompañaba me preguntó: “¿Por qué no pusieron un aviso?”  Yo le dije: “Si había avisos, ¿no los viste?”  Inmediatamente me dijo: “¿Por qué no me avisaste?”  Yo resignado le dije: “Supuse que los habías visto”.  Ahora al recordar ese episodio nos reímos, pero en ese momento fue una situación bastante frustrante.

De la misma manera, Dios nos ha provisto de numerosos “carteles de cuidado” a lo largo de la historia humana, esto con el fin de mostrarle a las personas que deben tener cuidado sobre cómo transitan en el camino de la vida, pero desgraciadamente la mayoría pasa sin prestarles mucha atención.

Y lo mismo ocurrió cuando Dios envió a su hijo como señal (Lucas 11:30), los líderes religiosos no le prestaron atención a las advertencias que les hizo Jesús, ya que según ellos la vida que estaban viviendo era buena, ya que los respetaban y reconocían (Lucas 11:43) y por supuesto tomaron como una ofensa que Jesús les dijera que su manera de vivir estaba errada (Lucas 11:45).

  1. No seamos como estos líderes religiosos de la época de Jesús, prestemos mucha atención a las advertencias de la vida que nos indican que debemos dar vuelta y dejar nuestro andar pecaminoso.
  2. Debemos tener cuidado, porque quizás, aunque las cosas parezcan estar bien, podemos estar equivocados.

HG/MD

“Y apiñándose las multitudes, él comenzó a decir: “Esta generación es una generación malvada. Pide señal, y no le será dada ninguna señal sino la señal de Jonás.” (Lucas 11:29)