Lectura: Proverbios 2:1-9

A todos nos intrigan los tesoros, es parte de la curiosidad que tenemos desde niños.  Hay muchos libros, películas y especiales de televisión, que impulsan a las personas a buscar tesoros, ya que estos pueden estar en cualquier parte, desde un lugar exótico hasta una isla perdida, un mercado de pulgas, en tu ciudad o incluso en tu patio trasero.  Nunca se sabe dónde podríamos encontrar un tesoro oculto, una fortuna enterrada o una reliquia antigua.

Si tuviéramos esta misma pasión y decidiéramos pasar al menos quince minutos estudiando la Biblia todos los días para buscar tesoros, ¿qué descubriríamos? Salomón lo describió de la siguiente forma: “Si como a la plata la buscas y la rebuscas como a tesoros escondidos, entonces entenderás el temor del Señor y hallarás el conocimiento de Dios… Entonces entenderás la justicia, el derecho y la equidad: todo buen camino” (Proverbios 2:4-5,9).

El crecimiento en la fe no se produce de un momento a otro, es un proceso que se da de forma gradual, día tras días; a través de la disciplina diaria seremos transformados mediante la lectura de la Palabra de Dios y la obediencia a Él. Además, piensa en el privilegio y el placer de pasar un tiempo con nuestro Padre Celestial.

Todo comienza con una entrega voluntaria, continúa con descubrimientos emocionantes y, finalmente, esto te guiará al encuentro de los tesoros de la sabiduría y de la vida.

  1. Investiga tu Biblia, su historia, la arqueología, los eventos que en ella se describen; actualmente existen muchas herramientas a tu alcance para estudiarla, pero lo primordial es orar a Dios para que te ayude a entenderla; adicionalmente reúnete con otros que también quieran buscar tesoros en la Biblia, podrías encontrar cosas inesperadas.
  2. Los ricos tesoros de la verdad de Dios esperan ser descubiertos, lee tu Biblia y habla con Él cada día.

HG/MD

“Porque el Señor da la sabiduría, y de su boca provienen el conocimiento y el entendimiento” (Proverbios 2:6).