Lectura: Lucas 11:33-36

 

La vida y ministerio de Jesús se caracterizó por realizarse a plena luz, Jesús como vimos ayer estuvo atento a compartir su mensaje de vida con todo aquel que quisiera escucharlo y a corregir lo que Él consideraba que no fuera correcto.

 

Al leer estos versos tan vívidos, nos podemos imaginar la lámpara a la cual hace referencia, puesta en alto para que cumpliera su propósito, alumbrar a aquellos que necesitan luz en sus vidas.

 

Luego el Maestro procede a hacer una comparación con el sentido de la vista, y los que padecen de problemas visuales comprenderán perfectamente este ejemplo; si nuestra vista tiene problemas, tenderemos a ver borroso y en algunos casos puede ser peligroso para nuestra seguridad, algunas soluciones para este problema son los lentes con aro o de contacto, u operaciones; sin embargo aún podría haber problemas, sí quien fabrica nuestros lentes o el médico que nos opera no lo hace bien, haciéndonos ver mal y poniéndonos en peligro (“Asegúrate de que la luz que crees tener no sea oscuridad.”)

 

Entonces, ¿cómo podemos estar seguros de que la luz que creemos tener es la verdadera?  La respuesta es muy simple, la luz que nos debe alumbrar es la luz divina de nuestro Señor y Salvador Jesús, sólo esa luz puede iluminarnos completamente.

 

 

  1. Reflejemos a aquellos que están en tinieblas, la luz verdadera que recibimos de Dios, invitémoslos con el llamado “Ven y ve” a Jesús.

 

  1. Siempre debemos tener cuidado de la fuente de donde estamos recibiendo nuestro alimento espiritual, siempre debe provenir de Su Palabra. Seamos como los bereanos (Hechos 17:10-12).

 

MD/HG

Jesús: La luz que nos ilumina.  “Por tanto, si todo tu ser disfruta de la luz, sin que ninguna parte quede en la oscuridad, estarás completamente iluminado, como cuando una lámpara te alumbra con su luz.” Lucas 11:36

 

Este devocional forma parte del estudio anual cronológico de la vida de Jesús: La Vida de Jesús, el cual llega a ustedes en alianza con Sonlife Classic.