Lectura: Mateo 18:21-35

Si alguien matara a tu hijo, ¿podrías perdonarle?  Por la gracia de Dios, el ardiente deseo de venganza con el tiempo podría extinguirse dentro de nuestros corazones, pero la mayoría de nosotros probablemente preferiría no volver a ver a esa persona de nuevo, ni ayudarlo de cualquier forma.

Sin embargo, esa no fue la reacción de Walter Everett, un pastor metodista en Hartford, Connecticut. Cuando Michael Carlucci fue declarado culpable de homicidio por dispararle al hijo de Everett, el desconsolado padre dio un ejemplo que debe desafiarnos a todos los que decimos ser hijos e hijas de Cristo el Salvador.

Walter dijo que había perdonado a Michael, porque si no la gente “no sería capaz de entender por qué vino Jesús y lo que implica el sacrificio de Jesús, a menos de que nosotros tengamos la voluntad de perdonar»  Algunos podrán decir que esta persona tan sólo hizo esto por pura apariencia y retórica.  Lo que debe responderse con un ¡NO absoluto!   Michael llegó a conocer a Jesús en su estadía en la cárcel, y cuando fue puesto en libertad, quiso casarse, y Walter realizó la ceremonia.

Si hemos experimentado la maravilla del perdón de Dios, vamos a perdonar a otros, así como Él nos ha perdonado por medio de Cristo (Mt. 18:21-35; Ef. 4:32).   Esto puede requerir de una lucha emocional angustiosa y puede demandar de oraciones fervientes de nuestra parte. Y quizás uno de los resultados puede ser que no exista una plena restauración de la relación original.   Pero con el poder del Espíritu Santo, SI podemos perdonar, debido a hemos sido perdonados.

1. Debemos perdonar las faltas de los otros, de la misma forma en que reconocemos nuestras faltas y necesitamos dar gracias al que nos perdonó.  Mateo 6:9-15

2. Para el creyente no es una opción retener el perdón, eso implicaría que tenemos un estándar más alto que el establecido por Dios.

NPD/VCG