Lectura: Jeremías 1 – 3.

 

No tiene nada de malo, ni de indecente ni de vergonzoso que nosotros los hombres lloremos. La sociedad y la cultura dice que los hombres no deben llorar, que en el hombre eso es señal de cobardía. Pero no hay ni cobardía, ni flaqueza, ni infantilismo en las lágrimas de un hombre. Al contrario, manifiestan sentimiento, alma, conciencia y corazón.

Jesús lloró. Lloró ante la tumba de su amigo Lázaro, pero ante todo lloró sobre Jerusalén al ver en aquella ciudad tanta decadencia moral y espiritual. El apóstol Pablo también lloró. Lloró al ver la insensatez de la gente y lloró porque los ministros religiosos de su tiempo adoraban más su vientre que a Dios.

Sería bueno que nosotros lloráramos. Que lloráramos ante la desgracia del pecado humano, ante el desastre de la decadencia moral, ante la tragedia de la injusticia del hombre. Sería bueno que vertiéramos lágrimas de dolor, lágrimas de angustia, lágrimas de arrepentimiento, lágrimas de hombre. Esas lágrimas pueden producir para nosotros una nueva vida.

La tristeza que proviene de Dios produce el arrepentimiento que lleva a la salvación, de la cual no hay que arrepentirse, mientras que la tristeza del mundo produce la muerte. – 2 Cor.7:10

 

A Jeremías se le ha encasillado el sobrenombre de «el Profeta Llorón», debido a las situaciones por las que pasó, por las palabras que dijo y por ser testigo sufriente de la destrucción de su ciudad, Templo y el exilio de su pueblo.  Jeremías fue el hijo de un sacerdote; su lugar de nacimiento fue Anatot (cercana a Jerusalén), una ciudad separada para familias sacerdotales (Josué 21:18).  Es triste pensar que ni su predicación, ni su intercesión fueron oídas en su tiempo.

1.  ¿Cómo fue el llamamiento de Jeremías?  ¿Por qué crees que Dios le dice que no tenga temor?  ¿Desde cuándo Dios le preparó para que fuera profeta?

2.  ¿A causa de qué es que venía el castigo divino?  ¿Cuál fue el pecado de Judá?  ¿Qué implicaciones tuvo esto para la relación de Dios con Su pueblo?

3.  ¿Cuál era la queja de Dios en contra de los reyes, príncipes, sacerdotes y profetas?  ¿Qué culpa tienen los líderes por el pecado del pueblo?

4.  ¿Cuáles fueron los dos males que habían cometido los judíos? ¿Qué tipo de líderes promete Dios darles?  ¿Cuándo crees que se cumplirán las grandes promesas de un reino glorioso?  ¿Qué puedes aprender de estos problemas de Israel?