Lectura: Lucas 16:19-31

Es una palabra que se usa frecuentemente; sin embargo, se trata de una palabra de la que no se habla mucho debido a sus implicaciones.  Según las encuestas la mayoría de personas que la usa, en realidad no cree en su existencia, ya que aunque el 90% cree en la existencia del cielo, tan sólo el 25% cree en ese otro lugar.  ¿Cuál es esa palabra?  Infierno.

Este comportamiento posiblemente se debe a que el infierno no hace referencia a un lugar agradable.  En la primera cántica de la Divina Comedia del autor Dante Alighieri, llamada Inferno (El infierno), se describe como un lugar de tormento para el pecador, escribió que encima de la puerta de ese lugar están las siguientes palabras: “Todos los que entráis aquí, abandonad toda esperanza”  Aunque este libro de Dante es ficción, la falta de esperanza que describe encierra algo de verdad.

La verdad absoluta sobre el infierno es mencionada por Jesús quien lo describe como un lago de fuego preparado para el diablo y sus ángeles (Mateo 25:41).  El Señor también nos contó de un hombre rico quien estaba siendo atormentado en el infierno y pidió a un mendigo que fuese y refrescase su lengua (Lucas 16:19-31).  El infierno es un lugar donde Dios muestra Su justicia al tratar con todos los que se han revelado contra Él.

Aunque no te gusten sus implicaciones el infierno si es un lugar real. Sí has confiado en Cristo como tu Salvador personal hay una verdad absoluta, vas camino al cielo, un lugar que Dios ha preparado para ti (Juan 14:2).  Más ciertamente si no crees en Él, vas camino al infierno, un lugar terrible en el que por seguro no hay esperanza.  ¡No vayas para allá!

  1. El que cree en el cielo y no así en el infierno, es como alguien que utiliza productos anti-edad con la esperanza de no envejecer.

 

  1. Las personas que no creen en el infierno, se encontrarán con una realidad muy vívida a la hora de sus muertes. “Pero yo les enseñaré a quién deben temer: Teman a aquel que, después de haber dado muerte, tiene poder de echar en el infierno. Sí, les digo, a este teman” (Lucas 12:5).   Debemos entender que es a Dios a quien hace referencia este versículo.

HG/MD

“En la casa de mi Padre muchas moradas hay. De otra manera, se los hubiera dicho. Voy, pues, a preparar lugar para ustedes” (Juan 14:2).