Lectura: Lucas 1:46-55

Una pareja joven había invertido todo lo que tenía en un negocio, y a pesar de todo su esfuerzo e ilusión, el negocio no había funcionado, así que aquella Navidad fue un tanto complicada no solamente por la falta de dinero, sino también por la desilusión al ver que uno de sus sueños se había esfumado frente a sus ojos.

Habían decidido que a principios de año iban a tener que mudarse de su actual casa a una menos costosa.  A pesar de todo ello, no querían que sus dos hijos sufrieran en aquella temporada, así que decoraron su casa y prepararon una modesta cena navideña a la cual invitaron a sus padres.  Cuando los invitados llegaron, pudieron ver una solitaria serie de luces que titilaba con colores vividos, y unas cuantas decoraciones que habían dispuesto en una de las paredes de la casa, la cual estaba llena de pequeños papeles de colores con cosas escritas.

Cuando sus padres se acercaron a aquella pared, sus hijos les dijeron: “Bienvenidos a la pared de bendiciones”.  Les explicaron que querían dar una lección de vida a sus hijos, que aprendieran que a pesar de las dificultades y frustraciones debían estar agradecidos con Dios, así que los animaron y juntos escribieron en pequeños mensajes, todas las bendiciones que habían recibido de Dios.

La vida no siempre es sencilla, y al igual que lo experimentó esta joven pareja, existen las dificultades; sin embargo, al igual que ellos, debemos optar por centrarnos más en Dios, que en las circunstancias.

Lamentablemente, nos centramos más en quejarnos, que en agradecer y llenar paredes con las bendiciones inmerecidas que Dios nos ha regalado.  A pesar de las condiciones, al igual que lo hizo María, podemos decir: “y mi espíritu se alegra en Dios, mi Salvador… porque el Poderoso ha hecho grandes cosas conmigo” (Lucas 1:47-49).

  1. Sin importar cuales sean tus dificultades, no tienen por qué echar a perder tu vida y la de tu familia, mantente centrado en Jesús y busca compartir con otros las bendiciones que has recibido del Señor, tú también puedes crear tu pared de bendiciones.
  2. Si quieres darle un verdadero significado a tu vida, dale a Cristo el primer lugar.

HG/MD

“Porque el Poderoso ha hecho grandes cosas conmigo. Su nombre es santo” (Lucas 1:49).