Lectura: Jeremías 17:5-11

El ladrón pasó por alto un detalle muy importante en sus planes de escape.  El hombre había observado con detenimiento a su posible víctima, quien era una mujer que se había estacionado esperando que su pequeña niña saliera de su clase de música, y había dejado el bolso a plena vista en el asiento del acompañante. 

Cuando ella se levantó para abrirle la puerta a su pequeña, el ladrón corrió hacía la puerta del acompañante, y en el forcejeo por abrir la puerta se resbaló en una mancha de aceite; la mujer se asustó y gritó, lo cual alertó al personal de seguridad del lugar, al ver esto el ladrón intentó huir, pero cuando llegó a su vehículo se dio cuenta que tenía un gran problema, había dejado las llaves dentro del vehículo y estaba cerrado, así que en instantes fue detenido por los oficiales de seguridad.

El profeta Jeremías advirtió que las personas que tratan de beneficiarse de forma indebida, finalmente terminan muy mal (Jeremías 17:11).  No pueden ver que el mayor problema de hacer lo incorrecto es que no hay satisfacción y solo acumularán problemas, Jeremías lo explica de la siguiente manera: “Yo, el Señor, escudriño el corazón y examino la conciencia, para dar a cada hombre según su camino y según el fruto de sus obras” (Jeremías 17:10).

El ser humano que transita por el mal camino, tan solo acumula necedad tras necedad, pensando que podrá salirse con la suya, aun cuando tiene mucho más sentido confiar en el Señor y en su misericordia, viviendo una vida honesta y tranquila (Jeremías 17:7).  Seguir confiando en nosotros mismos nos llevará a descubrir que en algún momento habremos pasado por alto algún aspecto importante en nuestros planes, y estaremos en una situación similar a la del ladrón de la historia, atrapados y sin salida.

  1. El mejor plan para nuestras vidas es acercarnos a Dios y a Su Palabra, hablando con Él y compartiendo nuestra vida y testimonio con otros; sólo de esta forma nuestros planes estarán bien encaminados.
  2. Hacer lo correcto hoy, te evitará muchos males mañana.

HG/MD

“Bendito el hombre que confía en el Señor, y cuya confianza es el Señor” (Jeremías 17:7).