Lectura: Proverbios 2:1-22

Un cazador de tesoros que buscaba fortunas; en el año 1985, después de 16 años de búsqueda, finalmente descubrió el naufragio del galeón español “Nuestra Señora de Atocha” a casi 20 metros de profundidad en aguas cercanas a Key West, Florida. Los buzos que participaron en la travesía rescataron muchos millones de dólares en tesoros de ese barco hundido, pero no fue fácil. Trabajaron mucho y muy duro con detectores de metales; los buzos tuvieron que investigar todos los “clics o sonidos” hasta que la búsqueda rindió sus frutos.

La Biblia nos describe otro tipo de tesoro; y específicamente en el libro de los Proverbios nos cuenta de un tesoro aún más precioso que el oro, plata o las piedras preciosas (Proverbios 3:14-15). La sabiduría, es más que el simple conocimiento, es la capacidad de aplicar los conocimientos en el transcurrir de la vida cotidiana. Salomón, le pidió a Dios un corazón sabio y entendido, y nos dijo en Proverbios 2 que busquemos la sabiduría con la misma persistencia e intensidad con que nos gustaría buscar tesoros ocultos (Prov.2:4). Debemos clamar por discernimiento y comprensión (Prov.2:3), afinar nuestro oído para escuchar sabiduría (Prov.2:2) e inclinar nuestro corazón para recibir la palabra de Dios y los tesoros que en ella encontramos (Prov.2:1).

  1. ¿Valoramos la sabiduría? ¿La buscamos tan diligentemente como si fuera un cofre que contiene oro? Si es así, seremos recompensados ​​con el mayor tesoro: el conocimiento de Dios.
  1. Como uno de los buenos objetivos para este nuevo año, debemos desear tener un mejor entendimiento de Dios y eso sólo se logra hablando con Dios y leyendo su Palabra cada día; asistiendo a una iglesia local para estudiar y compartir con otros lo aprendido.

MD/HG

Porque el SEÑOR da la sabiduría, y de su boca provienen el conocimiento y el entendimiento (Prov.2:6)

Este devocional forma parte del estudio Proverbios: Sabiduría Divina para la Vida Diaria.