Lectura: 1 Timoteo 6:3-16

A menudo, los expertos en mercadeo, hacen uso de un sin número de tácticas con el objetivo de vender los productos o servicios de sus clientes.  Por ejemplo, algunas veces se hace uso de canciones muy conocidas para promocionar un auto; en una ocasión una marca de automóviles de lujo, usó una tonada cuya letra estimulaba el contentamiento y un estilo de vida sencillo, lo que es un poco irónico pues se trataba de un auto de lujo.

De igual forma, también resulta difícil para muchas personas, aceptar la enseñanza bíblica del contentamiento, la cual no tiene nada que ver con nuestras posesiones personales, sean muchas o pocas; ni tampoco con los alimentos que comemos. 

La «grande ganancia” (1 Timoteo 6:6), a la que Pablo se refería, no tiene nada que ver con las cosas materiales sino con la piedad acompañada de contentamiento.  Y Pablo va aún más allá, al indicarnos los requisitos para tener una vida de contentamiento: “Así que, teniendo el sustento y con qué cubrirnos estaremos contentos con esto” (1 Timoteo 6:8).

Es conveniente que hagamos una pausa y agradezcamos al Señor por sus innumerables misericordias para con nosotros, demos gracias por la posibilidad que nos dio de comprar la ropa que llevamos puesta y la comida que disfrutamos cada día.  Damos por sentadas muchas cosas que tenemos, pero preguntémonos como sería nuestra vida si no tuviéramos las comodidades de las que disfrutamos; por ejemplo: la electricidad, el agua potable o la buena salud.

  1. Debemos hallar el contentamiento en las cosas simples de la vida, y agradecer por aquellas que tenemos pero que en realidad no son tan necesarias.
  2. El contentamiento viene, no de tener mucho; sino de querer poco para nosotros mismos y servir mucho a Dios.

HG/MD

“Así que, teniendo el sustento y con qué cubrirnos estaremos contentos con esto” (1 Timoteo 6:8).