Lectura: Rut 1:1-17

Una de las más hermosas confesiones de amor en toda la literatura es la que Ruth le hizo a Noemí.  Al comprometerse regresar a Israel con ella.   Rut respondió: “No me pidas que te deje y regrese a mi pueblo. A donde tú vayas, yo iré; dondequiera que tú vivas, yo viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios será mi Dios. Donde tú mueras, allí moriré y allí me enterrarán. (Rut 1:16-17).

Pero supongamos que Noemí hubiera se hubiera dicho a sí misma: «Rut es sólo una busca fortunas.  Lo que realmente quiere es regresar a Israel para casarse con un rico hebreo. Yo sólo soy tan sólo su pasaporte” Como dice el dicho: «Todo depende del cristal, con que se mire».

Si Noemí hubiera puesto en duda las buenas intenciones de Rut y hubiera rechazado su bondad, se habría perdido bendiciones que nunca podría haberse imaginado.

Pero eso es exactamente lo que hacemos cuando no somos capaces de confiar en la bondad de Dios. Nos podemos creer que Él hará lo que es mejor para nosotros. Y como dice el refrán, una vez que el pozo está envenenado, se contamina toda el agua.

Santiago 1:16-17 dice:    Así que no se dejen engañar… Todo lo que es bueno y perfecto desciende a nosotros de parte de Dios nuestro Padre”  Cuando dudamos de la bondad de Dios, la cual es una de sus mejores dones, las pruebas que nos ayudan a madurar, nos parecerán malas.

No dudemos de la bondad de Dios,  envenenando a la fuente de la bendición que Él tiene para ti.

Beba profundamente de la bondad de Dios, y de Su fidelidad también,
No dejen lugar a las dudas y al miedo;
Su Palabra es el Agua de Vida pura y verdadera,
Refrescante, refrigerante y clara. – Hess

  1. Nos envenenan la mente, cuando no analizamos correctamente la bondad Divina.
  2. Piensa dos veces antes de juzgar las situaciones que nos parecen injustas, recuerda Dios tiene un plan que en la mayoría de las veces no se ajusta al nuestro, por eso en ocasiones nos frustramos en contra de Él.  Puedes leer Job capítulos 38 al 41 y encontrarás un interesante discurso de Dios a la humanidad. Y lo más impactante es la forma en que el ser humano debe responder:
  1. Entonces Job respondió al Señor:

2 “Sé que tú todo lo puedes,
y que nadie puede detenerte.”
3 Tú preguntaste: “¿Quién es este que pone en duda mi sabiduría con tanta ignorancia?”.
Soy yo y hablaba de cosas sobre las que no sabía nada,
cosas demasiado maravillosas para mí.
4 Tú dijiste: “¡Escucha y yo hablaré!
Tengo algunas preguntas para ti
y tendrás que contestarlas”.
5 Hasta ahora sólo había oído de ti,
pero ahora te he visto con mis propios ojos.
6 Me retracto de todo lo que dije,
y me siento en polvo y ceniza en señal de arrepentimiento.  Job 42:1-6

HWR/NPD