Lectura: Salmos 119:97-104

A través de los años, muchas personas nos han comentado que se sienten mal con respecto a su vida devocional; al pensar en las palabras “tiempo devocional”, viene a sus mentes el poco tiempo que dedican a orar, leer la Biblia y meditar en sus enseñanzas.

Una madre nos compartió la forma en la cual resolvió ese problema, nos contó que colocó por todas partes lápices y libretas, eso sí, muy por encima del nivel de donde sus niños pudieran alcanzarlas.  Durante el día, al verlas anotaba reflexiones, pensamientos, peticiones de oración, acciones de gracias, las cosas simples de la vida que la emocionaban, y algunos versos bíblicos que venían a su mente al realizar sus labores hogareñas.

Al final de cada noche reunía esas notas, y al leerlas parecía como si en una sola receta se juntaran los ingredientes que se habían estado preparando durante el día; ese era el plato fuerte, su alimento para el alma. 

Tú también puedes hacer variaciones del método de esta ingeniosa dama; prueba en tu trabajo escribiendo pequeñas notas que puedas ir recopilando a lo largo del día, en tu auto, camino a tu estudio, en el transporte público, durante un pequeño tiempo de almuerzo; para que al final de tu día puedas dar gracias de cuan bueno ha sido Dios contigo, esta es una forma práctica de fortalecer tu vida devocional al lado de nuestro Señor.

  1. No importa si eres un trabajador ocupado, un estudiante lleno de tareas, o una mamá llena de situaciones familiares, prueba hacer “anotaciones espirituales”, esto ayudará a que tu vida refleje el carácter y prioridades de Cristo, y a que tengas una mejor comprensión de lo que dijo una vez el apóstol Pablo: “Oren sin cesar” (1 Tesalonicenses 5:17).
  2. Si buscamos a Dios en los minutos del día, lo encontraremos en las horas de la eternidad.

HG/MD

“Oren sin cesar” (1 Tesalonicenses 5:17).