Lectura: Salmos 139-1-18

Es de vital importancia que los padres estén presentes en la vida de sus hijos, ya que su influencia afectará no solamente los años de desarrollo, sino también la forma en la cual reaccionarán ante diversas situaciones en el futuro, ya sea en el estudio, trabajo, o vida familiar.

Ejemplos de ello son tres deportistas de alto nivel; el primero de ellos es Howard Cross, campeón del Super Tazón en 1991 con los Gigantes de Nueva York, quien en una entrevista se refirió de la siguiente forma con respecto a la relación con su papá: “Pasaba la mayor parte del tiempo con mi papá, él siempre estaba presente para mí, cuidándome, indicándome la dirección correcta”.   El segundo es Avery Johnson, campeón de la NBA con su equipo San Antonio Spurs, quien dijo lo siguiente: “Mis padres fueron ejemplos excelentes, siempre estaban presentes para mí”.  Por último, mencionamos a Kevin Durant, ganador de la NBA en el 2017, quien también reconoció los sacrificios realizados por su madre, para que él cumpliera los sueños que tenía.

Que poderosas son las palabras “siempre presente”, ya que reconocen la buena labor llevada a cabo por los padres; su presencia activa es importantísima en el desarrollo de los pequeños, quienes necesitan un hombro en el cual llorar, una mano para tomar, y un corazón con quien compartir.

Si bien es cierto en ocasiones los padres y madres tienen compromisos que en algunos momentos de sus vidas les impiden estar presentes todo el tiempo, también es cierto que deben hacer todo lo posible por ajustar sus agendas para pasar tiempo de calidad con sus hijos.

Lo anterior es importante porque muestra a pequeña escala lo que Dios hace por nosotros. ¡Literalmente Dios siempre está presente! Y nos promete: “Nunca te abandonaré ni jamás te desampararé” (Hebreos 13:5).

  1. Puedes tener confianza en Jesús, Él siempre estará presente para ti.
  2. No tienes que temer a dónde vas porque Dios va contigo.

HG/MD

“…Nunca te abandonaré ni jamás te desampararé” (Hebreos 13:5).