Lectura: Levítico 23:33-44

La mayoría de los hogares están construidos para mantener a sus ocupantes a salvo de los malos efectos del tiempo, pero no las viviendas construidas para la fiesta de Sucot. Durante esta festividad judía, también conocida como la Fiesta de los Tabernáculos, los adoradores habitan en viviendas hechas de hojas y ramas. Un requerimiento es que las estrellas se puedan ver a través del “techo”.

Obviamente, esta vivienda ofrece muy poca protección contra las inclemencias del tiempo. Y ese es el objeto. Vivir en este refugio vulnerable les recuerda a los judíos su dependencia en Dios.

Durante los días del profeta Isaías, las personas alardeaban acerca de un tipo muy diferente de morada; habían hecho de las mentiras su refugio y de la falsedad su escondite (Isaías 28:15). Debido a la dependencia de los israelitas en cosas impías, el Señor les dijo por medio del profeta, “El granizo barrera el refugio de la mentira, y las aguas cubrirán el escondite” (v.17).

Sucot nos llama a examinar nuestras vidas para que tengamos la certeza que nuestra seguridad descansa no en mentiras sino en la verdad de Dios. La Fiesta de los Tabernáculos nos recuerda que toda la vida se sostiene por la bondad de Dios.

Cuando hacemos de la verdad nuestro refugio, no hay tormenta que nos pueda amenazar, por cuanto podemos depender de Dios para sostenernos.

  1. ¿Estás descansando sólo en tus fortalezas y dependiendo de Dios sólo cuando las cosas van mal?  ¿Crees que esto es correcto?
  1. ¿Por qué es tan difícil depender de Dios, descansando en su protección?

NPD/JAL