Lectura: 2 Timoteo 4:1-8

Las palabras en sí mismas están plagadas de significado si las vemos detenidamente, por ejemplo, la palabra “partida”, dicha por el apóstol Pablo en 2 Timoteo 4:6, está cargada de trascendencia.  Significa “soltar”, “desamarrar”, y esa no fue la única vez que expresó esta palabra, la utilizó en su carta a los Filipenses: “Me siento presionado por ambas partes. Tengo el deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor” (v.1:23).

La palabra partida es un término asociado a los barcos y sugiere “embarcar”, “levantar anclas”, “soltar las cuerdas” que nos amarran a este mundo y comenzar a navegar en el mar de la eternidad. 
Es una maravillosa metáfora para referirse al momento en que dejamos este mundo.

Para los creyentes en Jesús, la muerte no es el fin, es tan sólo el inicio, es la culminación del propósito para el cual fuimos hechos.  Es un momento de expectativa, gozo y emoción, por el nuevo viaje que emprenderemos.  Puede ser que en algunos momentos sintamos un poco de incertidumbre, debido a que todos los que han navegado esos mares, ya no están con nosotros y no volverán.

Pero este no es un viaje inesperado, hay alguien que hizo ese viaje antes que nosotros, y que regresó para llevarnos a salvo durante ese viaje hacia la eternidad, su nombre: Jesús.

  1. Nunca lo olvidemos, el verdadero Capitán de nuestro barco está siempre ahí dirigiendo el timón con Sus manos expertas y perfectas, para llevarnos al puerto seguro que nos ha preparado (Juan 14:1-3).
  2. Quienes hemos puesto nuestra fe en Jesús no debemos temer a partir cuando Dios determine que nuestro viaje terrenal ha concluido.

HG/MD

“Y si voy y les preparo lugar, vendré otra vez y los tomaré conmigo para que donde yo esté ustedes también estén” (Juan 14:3).