Lectura: Proverbios 1:20-33

Existe un refrán popular que dice lo siguiente: “El menos común de los sentidos es el sentido común”, y aunque suene a chiste, encierra una gran verdad. Vivimos en una sociedad en la cual algunas personas carecen de sentido común y esto complica y llena los juzgados de demandas judiciales, es por ello que las marcas y comercios se han visto obligados a indicar en sus productos, leyendas como las siguientes:

– “No use mientras duerme” – indicaba una marca de cepillos para dientes.

– “No intente detener la cadena con la mano” – advertía una marca de motosierras.

– “Este disfraz no habilita al que lo use a volar ni le da fuerza extrema” – decía la etiqueta de un disfraz de superhéroe.

– “Este producto tiene altos índices de azúcar” – mostraba la advertencia de una bolsa de azúcar.

Ciertamente el sentido común puede aprenderse con la experiencia, la educación y el tiempo, pero hoy te queremos recomendar la mejor fuente que existe para desarrollar discernimiento y buen juicio: la Biblia.

En el libro de Proverbios, a lo largo de muchos de sus consejos resuenan continuamente tres palabras: “Sabiduría, conocimiento y entendimiento”. Estudiar y aplicar este libro es un primer paso si quieres desarrollar tu sentido común.

Analiza tan sólo un par de ejemplos que se encuentran en este libro:

– Si quieres controlar lo que dices recuerda: “El que tiene conocimiento refrena sus palabras, y el de espíritu sereno es hombre prudente” (Proverbios 17:27).

– Si no quieres caer en una situación económica difícil entonces: “No ames el sueño para que no te empobrezcas” (Proverbios 20:13).           

  1. Entonces, si lo que quieres es mejorar tu sentido común, debes consultar continuamente la Palabra de Dios.
  2. El mero conocimiento sin sentido común no tiene ningún sentido.

HG/MD

“Porque el Señor da la sabiduría, y de su boca provienen el conocimiento y el entendimiento.” (Proverbios 2:6).