Creacionismo

Ida y vuelta al espacio—perspectiva de un astronauta

Un comandante de la Estación Espacial Internacional ofrece su perspectiva sobre la increíble revelación de Dios que está accesible a todos.

Este verano se cumplió el cincuentenario del aterrizaje lunar del Apolo 11, el cual muchos consideran el logro tecnológico más trascendental de la historia humana. A medida que se acercaba este aniversario, leíamos diferentes retrospectivas por doquier. Como astronauta quien piloteó el Transbordador Espacial Atlantis y luego se desempeñó como comandante de la Estación Espacial Internacional, aprecio la oportunidad de compartir algunos pensamientos desde mi propia perspectiva.

Este aniversario me recuerda a otro vuelo espacial, ahora casi olvidado por la mayoría, que ocurrió en la víspera de Navidad unos meses antes del primer aterrizaje lunar. Tres hombres en una pequeña cápsula se convirtieron en los primeros humanos en abandonar el entorno de la tierra y girar alrededor de la luna. Hoy, su vuelo es quizás mejor conocido por la foto Earthrise tomada por el astronauta William Anders mientras la tierra azul se elevaba sobre el paisaje lunar.

Earthrise

El astronauta William Anders (Apolo 8) tomó esta famosa fotografía de la tierra ascendiendo en el horizonte lunar en 1968.

Mientras la tripulación rodeaba la luna, a solo 50 millas sobre su superficie, se turnaban para leer el relato de la creación del Génesis que se encuentra en la Palabra de Dios. Aproximadamente mil millones de personas escucharon lo que resultó ser la transmisión más vista en la historia hasta ese momento.

¿Qué nos enseñan estos eventos sobre la búsqueda de la humanidad de la verdad y la búsqueda de comprensión de nuestro lugar en el universo? Como alguien que cree en el relato bíblico de la creación según lo registrado por la única entidad que estuvo allí para presenciarlo– Dios mismo, mi respuesta le podría sorprender.

Encontrar la verdad

He tenido el privilegio que pocos han experimentado. Hasta la fecha, he pasado no solo unas pocas horas o una semana en el espacio, sino 178 días. Viví allí (la mayor parte del tiempo en la estación espacial) y tuve la oportunidad de experimentar el espacio. A menudo me preguntan qué perspectiva me dio esta experiencia. ¿Tuve una experiencia espiritual, un momento de iluminación que me liberó de las limitaciones de nuestro planeta?

Puedo decir sin duda alguna que no puedes evitar sentirte asombrado por la belleza, la majestad y la maravilla de la magnífica creación de Dios mientras recorres el planeta 16 veces al día a 28.163 km/h (17.500 m/h). Una de las experiencias más memorables es el caleidoscópico de colores vivos que rodean el globo terráqueo. Es difícil poner en palabras lo que uno realmente ve y experimenta porque nuestros ojos detectan la luz de manera diferente a la que pueden capturar las cámaras.

Los océanos del mundo realmente son el azul más profundo jamás visto, contrastados con los intensos colores marrones de los desiertos y los verdes de los bosques. Mientras, la tinta negra del cielo nocturno forma un telón de fondo perfecto, salpicado literalmente de billones de estrellas brillantes de todos los colores, desde azul y amarillo hasta anaranjado y rojo, sin ser ocultados por el polvo y el vapor del agua en la atmósfera.

A menudo, la estación espacial atravesaba las brillantes luces verdes de la aurora boreal (luces polares del sur). Esta exhibición como de otro mundo nos recuerda perpetuamente que Dios diseñó una manta magnética para proteger la vida en la tierra de la peligrosa radiación que continuamente fluye desde el sol.

Mi perspectiva final, sin embargo, siempre fue clara. No necesitaba ir al espacio para encontrar al Creador del cielo y la tierra. Como dijo el apóstol Pablo hace 2.000 años, podemos ver evidencia del Creador en todas partes (Romanos 1:20), no solo en el espacio. Más importante aún es que hay un solo lugar dónde reside la verdad absoluta. Todo lo que necesito saber sobre mi Señor y Creador se encuentra en las páginas de las Escrituras. Y está disponible para todos los que crean.

El mensaje de la Palabra de Dios desde el Génesis hasta el Apocalipsis es claro: Dios creó a todos los hombres y mujeres a su imagen y semejanza, pero después de la rebelión de Adán, nos tornamos en pecadores miserables necesitados de un Salvador, a quien solo podemos conocer por Su gracia. Dios ha provisto la redención a través de la sangre de su Hijo, Jesucristo, para que aquellos que son redimidos puedan honrarlo, adorarlo y glorificarlo por toda la eternidad.

La redención comienza en Génesis

Barry Wilmore

El comandante Barry Wilmore es un veterano de dos lanzamientos espaciales y ha acumulado 178 días de experiencia en el espacio.

Muchos piensan que el mensaje de redención de Dios comienza en el Nuevo Testamento, comenzando con Mateo 1:1 a medida que se desarrolla la historia del nacimiento de Jesús. Sin embargo, realmente comienza con las palabras de Moisés en Génesis 1:1 «En el principio Dios creó los cielos y la tierra».

Nadie puede pasar de la primera frase del primer versículo del primer libro de la Biblia sin que antes se vea enfrentado a escoger: ¿creerá la Palabra de Dios? Enfrentamos esta notable pregunta página tras página. Si no creemos la primera frase del primer libro de la Biblia, ¿en qué punto se vuelven verdaderas las palabras en este libro?

¿Creeremos en la Palabra de Dios cuando dice: «Y fue la tarde y la mañana un día. . . . Y fue la tarde y la mañana el día segundo. . . Y fue la tarde y la mañana el día tercero. . . cuarto. . . quinto. . . sexto día»? (Génesis 1:5, 8, 13,19, 23, 31).

¿O cuando la Biblia dice: «Entonces dijo Dios: ‘Hagamos al hombre a nuestra imagen’» (Génesis 1:26)?

¿O qué tal cuando el apóstol Pedro nos dice en 2 Pedro 3:5: “Estos ignoran voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos, y también la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste”?

La Escritura es clara en que la creación de todas las cosas fue un evento sobrenatural, realizado por un Dios todopoderoso, creativo y amoroso. Además, la Escritura deja absolutamente claro que Dios creó en seis días literales de 24 horas; el Señor incluso lo incluyó en los Diez Mandamientos (Éxodo 20:11).

La mayoría de la gente en el mundo hoy diría que tal cosa es imposible. Entonces pregunto: ¿Qué tal Jesús? ¿Qué pensó él acerca de esta creación literal de seis días? Les dijo a los fariseos: “Porque si creyeseis a Moisés [o las Escrituras], me creeríais a mí, porque de mí escribió él. Pero si no creéis a sus escritos, ¿cómo creeréis a mis palabras?” (Juan 5:46–47). Básicamente, Cristo estaba diciendo que la Escritura misma, comenzando con Moisés (quien escribió el relato de la creación en Génesis), «nos acusa» si no creemos.

Muchos responderán: «La ciencia refuta la Biblia». Pero esta respuesta proviene de una confusión general sobre la ciencia. El estudio de los orígenes no es lo mismo que la ciencia experimental, que envía a las personas a la luna o les permite vivir medio año en una estación espacial. Ninguna ciencia experimental contradice la Biblia. El estudio de los orígenes, por otro lado, depende de hipótesis, teorías o suposiciones que no se pueden probar.

La creación fue un milagro monumental como ningún otro jamás realizado, y fue realizada por un Dios santo, justo e infinito. Por lo tanto, no puede ser probado o refutado por ningún método científico teórico. Por lo tanto, debemos creer esto por fe, tal como la Palabra de Dios nos dice en Hebreos 11:3. No estuvimos allí; nadie estuvo allí excepto Dios, quien nos dio un registro infalible de sus obras en Génesis 1.

A medida que continuamos leyendo la Palabra de Dios, nos encontramos con infinitos milagros que nos desafían. Si no podemos creer las verdades de la creación, ¿qué tal estos otros milagros en la Palabra de Dios? Además de Cristo, las Escrituras registran ocho individuos que fueron resucitados de entre los muertos. ¿Se pueden creer estos milagros?

Jesús resumió nuestra parte en la comprensión de nuestro lugar en el universo: “Yo soy la resurrección y la vida, el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.» (Juan 11:25). Este evangelio bendecido comienza con la creación en Génesis 1 y continúa hasta su culminación en Apocalipsis, cuando Dios cumple Su promesa de hacer un nuevo cielo y tierra, en dónde morará con Su pueblo para siempre. No encontrarás ese mensaje en el espacio, sino en la Palabra de Dios. ¿Creerás?

Acerca del autor:

Barry Wilmore es un capitán retirado de la Marina de los Estado Unidos y veterano de combate, cumplió 30 años en servicio activo. Pasó la mitad final de su carrera naval como astronauta de la NASA, en donde permanece como astronauta civil activo. En 2014, dirigió la estación espacial y realizó cuatro caminatas espaciales.

Fuente: https://answersingenesis.org/es/