Lectura: Lucas 11:1-13

Una mujer decía que nunca oraba más de una vez por la misma cosa ya que no quería cansar a Dios con oraciones repetitivas.

Sin embargo, cuando leemos los evangelios nos damos cuenta de que la teoría de esta mujer está totalmente equivocada. De acuerdo con lo que leímos en nuestra lectura devocional en Lucas 11, Jesús ejemplificó este punto al contarle a su audiencia, sobre un hombre quien había ido a la casa de un amigo a medianoche con el fin de poder alimentar a unos visitantes inesperados.  Al inicio su amigo se negó, pero al final se levantó y le dio el pan que solicitaba, no por su amistad, sino por la persistencia en su llamado (Lucas 11:5-10).

El Señor usó esta parábola para ilustrar el contraste entre este amigo renuente y nuestro generoso Padre Celestial.  Si un amigo irritado cede ante la persistencia de su amigo concediéndole su petición, cuanto más y a su debido tiempo estará dispuesto nuestro Padre Celestial a darnos lo que verdaderamente necesitamos, enseñándonos con ello la necesidad de la persistencia y la dependencia que tenemos de nuestro Señor.

En muchas ocasiones, Dios en su gran sabiduría retrasa sus respuestas a la oración.  Debemos recordar también que nuestras oraciones deben estar en armonía con lo que Dios nos ha enseñado por medio de la Biblia, y por supuesto de acuerdo con su perfecta voluntad.

  1. Así que no te preocupes, Dios no se cansará de escucharte; continúa orando, confía en que Dios te responderá de acuerdo con su voluntad y pídele sabiduría sí su respuesta es No.
  2. Dios siempre está disponible y al alcance por medio de una oración.

HG/MD

“Estén siempre gozosos.  Oren sin cesar.  Den gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para ustedes en Cristo Jesús. (1 Tesalonicenses 5:16-18).