Lectura: Jeremías 10 – 12.

¿Qué tan bueno eres para hacer enemigos?  No, no te pregunté si eres bueno haciendo amistades.  Eso es fácil.  Sólo hay que ser un buen tipo, derrochador, alguien tolerante que nunca ofenda a nadie.

Pero, ¿qué tan bueno eres para hacer enemigos?   Si eres hijo de Dios y te puedes relacionar con personas malvadas, impías y profanas sin ser lo suficientemente diferente como para ganarte su desaprobación o sus insultos espirituales, ciertamente que eres muy buen testimonio.  ¿Evitas discutir asuntos espirituales por temor a que te critiquen por te fe en Cristo?  ¿Te avergüenza hablar a otros de Dios por temor a poder amigos?

Si estás dispuesto a hacer enemigos por Cristo, regocíjate.  “porque tu galardón es grande en los cielos”  (Mateo 5:21)

 

Hasta ahora el sufrimiento de Jeremías ha sido espiritual y emocional. Ahora empiezan los peligros físicos.

1.  Un posible contexto para este pasaje puede ser que este texto fuera especialmente dirigido a la gente en el exilio que estaba impresionada por los grandes templos e ídolos babilónicos, y por ello fueron tentados a pensar que los dioses babilónicos habían demostrado ser más poderosos que el Señor, debido a su mismo exilio.  ¿En qué manera se burla Dios de los ídolos y de los que los adoran?  ¿Cuáles atributos divinos están revelados aquí?  ¿Quiénes tienen la mayor culpa por la condición idólatra del pueblo?

2.  Si leemos Éxodo 19:6-8 comprenderemos el compromiso o pacto que el pueblo había adquirido con Dios.  ¿Cómo estaban desobedeciendo los israelitas el Pacto en esos días?  ¿Qué mandaba a Jeremías hacer en todo Judá y Jerusalén?

3.  ¿Qué amenazas recibió Jeremías de sus propios hermanos?  Como a todos en ocasiones, a él le flaqueaban sus fuerzas y se quejaba de su labor.  ¿Qué le dijo Dios en cuanto a esto? ¿Qué aprendes de estas palabras?

4.  ¿Qué pensaba hacer Dios con Su pueblo a corto plazo?  ¿A largo plazo?