Lectura: Salmos 66:1-20

Una empresa automotriz creó un slogan publicitario muy llamativo para uno de sus modelos de automóviles: “Pregúntale a quien tenga uno”.

Esta estrategia de mercadeo hizo que las personas que tenían uno de estos automóviles se sintieran especiales, y que quienes no lo tenían, desearan tener esa experiencia.  La empresa entendía muy bien que el testimonio personal tiene un impacto increíble en el oyente, oír de la experiencia de otra persona es una de las promociones más eficaces.

Es por esto que compartir nuestro testimonio sobre nuestra relación con Dios es tan poderoso y tiene un impacto insospechado. El salmista alienta a sus lectores a compartir el testimonio de la siguiente manera: “¡Aclamen a Dios con alegría habitantes de toda la tierra! (Salmos 66:1).  Adicionalmente, también escribe sobre el perdón y la misericordia que recibió de Dios (vv.18-20).

Nuestro Dios continúa haciendo maravillas, y su acción no se queda solamente en las páginas de la Biblia, Él nos da esperanza en medio de las circunstancias difíciles, suple nuestras necesidades básicas debido a su gracia inexplicable, nos guía por medio del Espíritu Santo y podría continuar escribiendo indefinidamente con respecto a todo lo bueno que Dios ha hecho por nosotros.

Es por ello que compartir honestamente nuestro testimonio es tan poderoso, pues no estamos hablando de un producto o un servicio, estamos hablando del impacto que Dios ha tenido en nosotros, de la manera en que hemos reconocido Quien es Él y lo que puede hacer también en quienes nos oyen.

  1. Ayúdanos Señor Jesús a poder compartir de una forma clara y sencilla todo lo que has hecho por nosotros.
  2. El testimonio es una de las herramientas más poderosas que tenemos los creyentes, pues nadie puede contradecir los cambios que ha provocado Dios en nuestra vida.

HG/MD

“Vengan; oigan, todos los que temen a Dios, y contaré lo que ha hecho por mi vida” (Salmos 66:16).