Lectura: Hechos 3:1-16

Los nombres son muy importantes, y es por esto que muchos padres dedican meses de investigación buscando el nombre perfecto para su bebé.  En nuestros tiempos las decisiones con respecto a los nombres, a menudo se basan más en cómo rima el nombre con los apellidos o en su carácter único, y no tanto en su significado.

Algunas personas cuando llegan a la mayoría de edad, optan por cambiar su nombre porque no les gusta, pensando equivocadamente que tan sólo con cambiar de nombre cambiarán su destino, por supuesto esto no es muy probable.

No obstante, existen excepciones; por ejemplo, a quienes hemos puesto nuestra confianza en Jesús como Salvador y Señor, a partir del momento en que llegamos a ser sus hijos e hijas, se nos empieza a identificar con su maravilloso nombre: cristianos (Hechos 11:26).

El nombre Jesús tiene un significado poderoso y trascendente.  En su nombre los discípulos realizaron milagros (Hechos 3:6-7;16; 4:10); echaron demonios (Lucas 10:17); enseñaron lo que habían aprendido en el nombre de Jesús (Hechos 4:13-20).  Lo más importante de todo es que sólo por medio de Jesús podemos tener acceso al Padre (Hechos 4:12).

Cuando seguimos a Jesús sinceramente, reflejamos su luz en cualquier valle de sombra en el que nos encontremos en nuestro andar de fe; nuestro objetivo debe ser siempre que cuando nos vean, lo vean a Él.

  1. Quizás seamos de las personas que tenemos un nombre que de cierta forma refleja lo que queremos ser o mostrar, pero cuando Jesús transforma nuestras vidas, su nombre es un sello visible de quienes somos ahora y para la eternidad.
  2. El increíble nombre de Jesús el Hijo de Dios, es el único que puede transformar vidas.

HG/MD

“Porque todo aquel que invoque el nombre del Señor será salvo” (Romanos 10:13).