Lectura: Mateo 7:7-11

Como uno de los primeros exploradores del África.  David Livingstone amaba a su gente y anhelaba verlos evangelizados.   Sus diarios revelan su inquietud espiritual y su profunda fe.

A fines de marzo de 1872, David escribió: “Dios -que es generoso, lleno de gracia y verdad-, mantendrá Su palabra; de eso no tengo duda.  Dios dijo: ‘Al que a mi viene, no le echo fuera’ y ‘Todo lo que pidieres en su nombre, lo haré’.  Dios mantendrá Su palabra;  por lo tanto puedo acudir a Él y presentarle mi petición, y todo saldrá bien.  Ciertamente que la duda aquí es inadmisible”.

Livingstone tenía una confianza firme como una roca en las promesas del Padre.  Nosotros también podemos ejercitar la confianza en nuestra vida de oración en que Dios no denegará nuestras peticiones, si pedimos conforme a su voluntad.  (A propósito, ¿estás leyendo Su Palabra para conocer Su voluntad?)

Podemos derrotar las dudas si nos recordamos a nosotros mismos que independientemente de lo que suceda en la vida, Dios está profundamente interesado en nosotros, en control y anhela darnos la sabiduría que necesitamos para enfrentar cualquier cosa que se nos presente (1 Ped.5:7; Stg.1:5).  Nuestra fe aumentará a medida que nos demos cuenta de que nuestro Padre es generoso y se deleita en dar buenas cosas a sus hijos (Mat.7:11).

  1. Podemos acercarnos a Dios, con nuestras peticiones, humilde pero confiadamente.

 

  1. Si amamos a Dios como Padre, no le trataremos como a un siervo.

 

NPD/VCG