Lectura: 1 Corintios 12:12-27

Es bien sabido que el trabajo en equipo es imprescindible para cualquier organización, sea cristiana o secular.  Hay una divertida historia que ilustra bien este principio.

Hoy te queremos presentar a la familia: “TAR”, quienes invaden a casi todas las organizaciones.  Primeramente queremos que conozcas a: Dick Tar, él quiere ser el líder de casi todo, mientras que Ro Tar trata de cambiar las cosas.  Por su parte Agi Tar, con sus opiniones, se sacude cualquier problema que llegue a sus manos, e Irri Tar lo ayuda cuando se presenta la ocasión.

Cuando se convoca a una sesión de innovación, Vege Tar siempre critica todas las sugerencias, Imi Tar lo copia con sus críticas, y se les une Devas Tar quien interrumpe siempre las sesiones.  Pero no todo es tan malo, Facili Tar y Medi Tar, siempre calman las aguas y hacen que todos vuelvan a trabajar en equipo.

Las organizaciones dirigidas por una sola persona, son muy propensas al fracaso, y si hay un lugar donde se aplica esta lección es en el Cuerpo de Cristo (Su iglesia).  La Palabra de Dios nos enseña que de acuerdo con su perfecto diseño, quienes hemos puesto nuestra fe al seguir a Jesús como nuestro Señor y Salvador, somos dependientes los unos de los otros.  Puede que algunas veces pensemos que podemos hacer las cosas nosotros solos; sin embargo, rápidamente comprobamos que esto no es realista ni sano.

  1. No podemos cumplir con nuestro propósito de servir efectivamente al Señor, sino nos damos cuenta que todos los creyentes tenemos un papel fundamental. Somos familia y nos necesitamos los unos a los otros.
  2. Reunirse es un buen comienzo, mantenerse unidos es un progreso, y trabajar en equipo es el éxito.

HG/MD

“Porque de la manera que el cuerpo es uno solo y tiene muchos miembros, y que todos los miembros del cuerpo, aunque son muchos, son un solo cuerpo, así también es Cristo” (1 Corintios 12:12).