Lectura: Filipenses 1:1-11

Gracias a Dios en mi vida he recibido muy buenos consejos de todo tipo de personas, pero uno que resuena siempre en mi cabeza es el siguiente: “La vida no se construye sobre los sueños que uno tiene, sino sobre las decisiones que ha tomado”.

Si lo piensas con detenimiento, se trata de un gran principio, ya que en verdad tu vida actual es el resultado de todas las decisiones que has tomado a lo largo del camino de la vida.  Este principio también se ve reflejado en las palabras del apóstol Pablo a los filipenses “…aprueben lo mejor” (1:10).

Cuando enfrentas cualquier situación en la vida, frente a ti tienes un amplísimo rango de elecciones que van desde las muy malas, las mediocres, las regulares, y hasta llegar a aquellas que son excelentes pero que no necesariamente son las más sencillas de tomar.  Nuestro Señor desea que tu vida sea plena, y para ello debes aprender a abandonar aquellos impulsos naturales que te llevan a tomar decisiones no tan sabias, aunque quizás más agradables; y que en lugar de ello tomes aquellas que en verdad beneficien tu vida y a las personas que amas.

Las buenas decisiones siempre estarán envueltas por desafíos, en especial aquellas en las que no haya abundancia de personas que se quieran unir y estés solo en la aventura.  Sin embargo, con el tiempo verás que, aunque no muchos te acompañan en tus decisiones, la paz de Dios vendrá y tu vida dará el fruto que Dios desea para quienes lo siguen en verdad (1:11).

  1. Decide lo correcto, no necesariamente lo más sencillo.
  2. Al escoger lo correcto, tu vida pronto empezará a reflejar el fruto del Espíritu Santo: “amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y dominio propio” (Gálatas 5:22-23).

HG/MD

“Para que aprueben lo mejor, a fin de que sean sinceros e irreprensibles en el día de Cristo, llenos del fruto de justicia, fruto que viene por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios” (Filipenses 1:10-11).