Lectura: Lucas 12:15-31

“¿Qué está haciendo tú hijo?”,  le dijo el predicador al padre de un joven próspero.

“Oh”, dijo el orgulloso padre, «Lo está haciendo muy bien. Él realmente llegará muy lejos en este mundo”.

Después de un momento, el predicador preguntó: “¿A qué mundo te refieres?”.

Sí, definitivamente esa es una cuestión importante.  Mientras que te preparas para ir a tu lugar de estudio, a tu trabajo en el taller, la fábrica, la oficina, o para iniciar las labores en la casa, ¿cuál es tu interés principal? ¿Es simplemente ganar dinero y disfrutarlo, o te has obsesionado con tus labores y deseas que otros reconozcan tu extraordinaria forma de hacer las cosas  o tú deseo es vivir tú vida hoy por Cristo?

Jesús dijo: “Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás” (Mt. 6:33).  Lo primero es lo primero.  Tu vida aquí va a durar como mucho un centenar de años, pero la vida del más allá durará toda la eternidad.  Si ya has establecido tu destino eterno, al confiar en el Señor Jesús, seguramente puedes confiar en Él, en lo que respecta a las cosas materiales.

1. ¿Cuál es tu mayor deseo para hoy? ¿Es el agradar a Dios y atesorar riquezas para la eternidad? ¿O se trata simplemente de que te vaya bien en este mundo?  No almacenes tesoros aquí en la tierra… Almacena tus tesoros en el cielo…Donde esté tu tesoro, allí estarán también los deseos de tu corazón. (Mt. 6:19-21).

2. Para sacar el máximo potencial en tu vida, mantén la eternidad en tu mente.

NPD/MDH