Lectura: Mateo 16:13-20

Se dice que esta es la era de la tecnología, y nunca ha sido más sencillo obtener información y opiniones de todo tipo; en este sentido también abundan las encuestas de opinión. 

Los sondeos son útiles ya que nos pueden brindar las experiencias de otras personas con respecto a productos y servicios, y nos ayudan a realizar una compra más inteligente. Adicionalmente, las encuestas son usadas por los gobiernos y empresas para tener una idea de cómo se están percibiendo sus proyectos e iniciativas para la población.

No obstante, una encuesta o sondeo, no puede dar respuesta a la pregunta más importante de todas, ya que cada uno de nosotros debe responder de manera personal.

En la lectura devocional, el Señor guio a sus discípulos a la ciudad de Cesarea de Filipo, situada a 40 km (25 millas) norte del Mar de Galilea y al pie del monte Hermón, esta ciudad es el lugar de uno de los más grandes manantiales que alimenta al río Jordán.

Estando ahí, Jesús les hizo una pregunta directa sobre lo que opinaban las personas de Él: “¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?” (v. 13).  Las respuestas fueron muy variadas, pero ninguna era correcta; y por esto el Señor les preguntó: “Pero ustedes, ¿quién dicen que soy yo?” (v. 15). Fue Pedro quien dio la respuesta correcta: “¡Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente! (v. 16).

  1. La opinión de las personas puede ser útil para responder a ciertas interrogantes, pero no a la pregunta esencial que definirá tu eternidad: ¿Quién dices tú que es Jesús? Si concuerdas con las Escrituras y pones tu fe en Cristo, tendrás vida eterna.
  2. ¿Ya respondiste la pregunta de Jesús?

HG/MD

“Respondió Simón Pedro y dijo: ¡Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente!” (Mateo 16:16).