Lectura: Proverbios 15:30-33

H ace algún tiempo le preguntaron a un creyente quien daba muchas charlas dentro y fuera de su país, y quien además era muy activo en redes sociales, cómo hacía para manejar las críticas, pero, sobre todo, cómo hacía para manejar los elogios que pueden ser aún más peligrosos.

El hombre no contestó de manera inmediata, se tomó un tiempo para responder a aquella interesante pregunta, luego de esto contestó de la siguiente manera:

“Con los años Dios me ha enseñado a archivar ambas cosas, sin dejar que ninguna de las dos permanezca mucho tiempo a mi lado. Se debe aprender de lo que realmente sea verdadero con respecto a las críticas, por un lado, y aceptar los elogios por otra parte; no para sí, sino como un reconocimiento de lo que Dios está haciendo a través de un simple instrumento, para luego seguir viviendo humildemente en la gracia y poder de Dios”.

Las críticas y los elogios despiertan emociones muy intensas en quién los recibe, y si no se controlan ambos pueden llevarnos a engrandecer nuestro ego.  En el libro de Proverbios leímos sobre los beneficios del estímulo y del sabio consejo: “La luz de los ojos alegra el corazón, y las buenas noticias fortalecen los huesos. El que presta oído a las advertencias de vida, convivirá con los sabios. Despreciar la disciplina es no apreciarse uno mismo; obedecer la corrección es poseer entendimiento” (15:30-32).

Si somos el blanco de la crítica, debemos pedir a Dios que nos ayude a entender si esas palabras buscan que corrijamos algo para mejorar, o si son simplemente basura.  Por otra parte, que cuando seamos bendecidos con palabras de elogio nos sintamos renovados y que estamos haciendo el trabajo de buena manera, llenos de agradecimiento hacia quien nos dirigió y sobre todo a Dios.

  1. Pidamos a Dios que nos ayude a manejar adecuadamente las críticas y los elogios, para luego archivarlos.
  2. Seamos instrumentos en las manos de Dios, y dejemos que Él nos use como parte de su maravilloso plan.

HG/MD

“El que presta oído a las advertencias de vida, convivirá con los sabios.” (Proverbios 15:31).