Lectura: Tito 2:1-15

¿Estás tan ansioso por el regreso de Cristo, que esperas que suceda hoy? Yo no sería honesto, si respondiera con un rotundo sí a esta pregunta.  La mayoría disfruta de la vida que tienen en estos momentos. Nos encanta lo que hacemos, ya sea trabajo o ministerio. Disfrutamos de nuestra familia.  Nos entretienen los hobbies: como el deporte, el arte, las colecciones, el estudio, etc. Los abuelos se divierten viendo a los nietos creciendo hacia la madurez. Existe mucha gente y lugares que nos gustaría visitar durante nuestros años de jubilación.

¿Significa esto que no “anhelamos con esperanza ese día maravilloso en que se revele la gloria de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo”? (Ti. 2:13). No, no es así.  Creo que Su regreso es verdaderamente: “la esperanza de ese día glorioso”. Los placeres terrenales son sólo temporales y no pueden compararse con el gozo del cielo.  Además, siempre nos preocuparán el pecado, dolor y sufrimiento a nuestro alrededor.

Todos los creyentes estamos agradecidos por la promesa de Jesús: “Cuando todo esté listo, volveré para llevarlos, para que siempre estén conmigo donde yo estoy.» (Jn. 14:3).  Nuestras propias circunstancias afectarán cómo ansiosamente esperamos Su regreso.  Entonces, ya sea que la vida para nosotros hoy fuera una alegría o una lucha, “se nos instruye a que nos apartemos de la vida mundana y de los placeres pecaminosos. En este mundo maligno, debemos vivir con sabiduría, justicia y devoción a Dios” (Ti. 2:12).

Dios quiere que disfrutemos de la vida. Pero Él también quiere que vivamos cada día como si hoy fuera a ser el día en el que Él volverá.

  1. ¿Disfrutas de esta vida? Está bien, pero tu vida debe reflejar que lo más importante de tu vida es Dios.
    1. ¿Cómo estas priorizando tu vida?  Tan sólo una sugerencia: Dios, pareja, familia, trabajo y ministerio (servicio a Dios y a tus semejantes).

NPD/HVL