Lectura: Salmo 37:1-11

No sé si a ti, pero a mi si me molesta ver como nuestra sociedad les presta más atención de la que debe, a las personas que defienden lo que es incorrecto.  Muchas de estas personas tienen posiciones de poder, fama o influencia y a través de los diferentes medios fomentan filosofías inmorales y malvadas.

Y aunque sería muy fácil impacientarse ante esto y hasta enojarse, el Salmo 37 nos sugiere un camino mejor.  Presta mucha atención a las sabias palabras de rey David: “No te impacientes a causa de los malhechores ni tengas envidia de los que hacen iniquidad” (v. 1).

Dios te impulsa a ser “sal” y “luz” (Mateo 5:13-14) en este mundo insulso y oscuro, esto para intentar contrarrestar el pecado al reflejar la luz de Jesús donde sea posible, y en este duro trabajo no puedes permitir que fuerzas malignas te hagan sentir enojado y airado (Salmo 37:8).

En cambio, debes descansar en Dios y dejar que Él tenga la última palabra respecto a los malignos: “… y se marchitan como el pasto verde” (v. 2). Además de esto debes adoptar el enfoque de David:

  1. “Confía en el Señor y haz el bien” (v.3);
  2. “apaciéntate de la fidelidad” (v.3);
  3. “deléitate en el Señor” (v4);
  4. “encomienda al Señor tu camino” (v.5);
  5. “Calla delante del Señor y espera en él” (v.7).

Tal vez no te guste lo que ves y escuchas en esta sociedad, pero recuerda esto: Dios tiene el control. Confía en que Él hará lo correcto y no te impacientes.

  1. Es tiempo de confiar en Dios.
  2. Sigue trabajando y sirviendo, aunque veas a otros flaquear y rendirse.

HG/MD

“Encomienda al Señor tu camino; confía en él, y él hará.” (Salmos 37:5).