Lectura: Proverbios 16:16-32

Cuando vamos en busca de frutas o verduras, nuestra intensión es encontrar el mejor producto al mejor precio, lo mismo ocurre cuando estamos buscando una casa o un automóvil, examinamos, comparamos y finalmente hacemos la elección del que creemos será el adecuado para nosotros y nuestras familias. No es concebible imaginar a alguien diciendo: “Sabes, estoy muy convencido de que este es el peor de todos y por eso me lo llevo”.

Al estudiar el libro de Proverbios nos encontramos con un escrito que está lleno de comparaciones que nos señalan el camino a elegir, y las consecuencias de las malas decisiones de la vida.  El propósito final del libro es darle al lector una serie de herramientas, conocimiento y sobre todo sabiduría, basados por supuesto en el respeto y el temor al Señor (Proverbios 1:2,7).

En nuestra lectura devocional, capítulo 16 de Proverbios, el escritor nos aconseja practicar tres principios que valen su peso en oro:

  • Es mejor adquirir sabiduría que oro fino, y adquirir inteligencia vale más que la plata (v.16).
  • Mejor es humillar el espíritu con los humildes que repartir botín con los soberbios (v.19).
  • Es mejor el que tarda en airarse que el fuerte; y el que domina su espíritu que el que conquista una ciudad (v.32).

La Palabra de Dios no está diciendo que sea malo que una persona sabia administre muy bien sus bienes, poniéndolo en una mejor posición económica que la mayoría; lo que está diciendo es que, si tenemos que escoger entre las riquezas y la sabiduría, debemos escoger siempre la sabiduría que proviene de la lectura profunda de las Sagradas Escrituras, de la oración constante y del compartir con otros que también estudian la Biblia.  Lo triste es que muchas personas pudiendo elegir lo mejor, están eligiendo lo peor y esto acarrea consecuencias eternas (Romanos 6:23).

  1. Al enfrentarnos a una situación en la que por fuerza tengamos que elegir, debemos pedirle sabiduría a Dios para elegir lo mejor para nuestras vidas y que dé gloria a Dios.
  2. La sabiduría obtenida de una relación creciente y constante con Dios, sin importar la cantidad, siempre será mejor que los bienes materiales sin importar su cantidad.

HG/MD

“Es mejor adquirir sabiduría que oro fino, y adquirir inteligencia vale más que la plata” (Proverbios 16:16).